El plazo para instalar los limitadores de ruido y música en los locales de ocio en cumplimiento de la nueva ordenanza de Medio Ambiente acabó ayer y, a la vista de que los bares que se han adaptado se pueden contar con los dedos de las manos, la concejalía de Urbanismo, encargada de controlar estos establecimientos, ha decidido mover ficha.

El concejal de Urbanismo, Antonio Navarro Corchón, anunció ayer que el Ayuntamiento va a sacar a los inspectores a la calle a partir de hoy para peinar las zonas más conflictivas del casco urbano, sobre todo las del centro y las calificadas como zonas de especial protección, con el fin de abrir expedientes sanciones a todos aquellos que no se han puesto al día. «Vamos a proceder a inspeccionar los locales que pueden generar más molestias y más contaminación acústica», dijo el edil, quien añadió que «hace días que hemos hecho requerimientos a estos locales con música sobre que la moratoria o transitoria dada por la ordenanza estaba a punto de expirar».

Además, Navarro Corchón ha mantenido distintas reuniones con las asociaciones de hosteleros y con grupos importantes dedicados al negocio de los establecimientos con música para concienciarlos sobre la instalación de los limitadores. «Una de las firmas que sí ha cumplido, por ejemplo, es Temporáneo, que prácticamente ha adaptado todos sus locales. Así me lo han hecho saber en la reunión que hemos mantenido hoy -ayer para el lector-. Incluso, Hostemur llegó a un acuerdo con una empresa de instalación de limitadores para abaratar estos aparatos», explicó el concejal. En ese sentido, lamentó que los locales con música no hayan aprovechado la ocasión que le ha brindado tanto el Ayuntamiento con la moratoria como la asociación de hostelería.

Según el concejal, «la ordenanza se va a cumplir con la incoación de los correspondientes expedientes sancionadores». Las multas que se pueden llegar a imponer van desde los 601 euros hasta los 12.000 euros e incluso se puede llegar a decretar el cierre del local. Una vez abierto el expediente sancionador, la Concejalía dará unos meses para la instalación del limitador.

A lo que obliga el Ayuntamiento desde que entrara en vigor la ordenanza es a instalar un equipo limitador-controlador y registrador, que permite al Consistorio recibir por Internet en tiempo real los niveles de ruido en cada uno de ellos.

Los datos recogidos por estos limitadores son enviados telemáticamente a Policía Local y a la concejalía de Urbanismo. Por lo que, en todo momento, se tiene constancia de qué bares superan o incumplen los niveles de ruido establecidos. Esta especie de ´caja negra´ de los bares, no solo permite mantener un nivel constante del ruido en el interior del local, sino que además cuenta con un almacenamiento de al menos un mes de los niveles sonoros del local, así como de las posibles incidencias, según informaron fuentes municipales cuando fue presentada la ordenanza.

La implantación de este sistema permite también controlar y analizar las actividades gracias a la organización por pestañas de los datos y la transmisión segura y certificada de los datos acústicos a la nube de la concejalía de Urbanismo.