Un vecino de la pedanía murciana de Llano de Brujas, de 38 años de edad y de nacionalidad española, ha ingresado en la prisión de Sangonera la Verde acusado de intentar matar a su hermano con una catana durante una discusión familiar, según informaron ayer fuentes de la Guardia Civil, cuerpo policial que ha llevado a cabo la investigación.

Las actuaciones comenzaron el pasado lunes 8 de septiembre, cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento del ingreso en el hospital Reina Sofía de Murcia de un joven, vecino de la pedanía de Llano de Brujas, para ser atendido de las lesiones que presentaba en una mano y en el antebrazo, y que habían sido producidas, supuestamente, con un arma blanca.

Las primeras actuaciones de la investigación de la Guardia Civil se centraron en conocer las circunstancias en las que se habían producido los hechos que llevaron a este ciudadano al hospital murciano, así como el alcance de las lesiones sufridas.

La información obtenida por los investigadores de la Guardia Civil determinó que los hechos se produjeron en el domicilio del lesionado, donde, al parecer, se inició una acalorada discusión entre éste y su hermano.

Según los indicios obtenidos, el ahora detenido, supuestamente, amenazó de muerte a su hermano y acto seguido se dirigió a su domicilio, una vivienda situada en la misma calle, donde esgrimiendo un arma blanca de grandes dimensiones, le agredió.

La Guardia Civil, según el comunicado de prensa, inició entonces las labores de localización y detención del autor de las lesiones, lo que se produjo el pasado día jueves 11 de septiembre en su domicilio, donde además, autorizado por el juzgado competente, se llevó a cabo un registro domiciliario con el objetivo de localizar el arma empleada en la agresión. Estas gestiones, no obstante, resultaron infructuosas.

El detenido y las diligencias instruidas fueron entregados en el Juzgado de Instrucción de Murcia, quien decretó el ingreso en prisión provisional del arrestado.

Las catanas, una especie de espada muy utilizada en la cultura oriental, forman ya parte de la historia negra de la Región de Murcia, desde que en el año 2000 un joven menor de edad, José Rabadán, asesinara a sus padres y a su hermana menor de madrugada asestándoles varios golpes mortales empleando un arma de este tipo. En la memoria colectiva de la Región de Murcia este suceso se conocerá siempre como 'el crimen de la catana'.

La posesión de catanas es cada vez más frecuente, ya que las utilizan con frecuencia los aficionados a las artes marciales. De hecho, José Rabadán era aficionado a las culturas orientales y había conseguido el arma con el que cometió el brutal crimen porque, precisamente, se la había regalado su padre.