El catedrático de Fonética y Fonología inglesa de la Universidad de Murcia Francisco Gutiérrez Díez falleció ayer como consecuencia de un infarto mientras trabajaba. Vigilaba un examen junto a otra compañera cuando comenzó a sentirse mal y abandonó el aula para ir a una farmacia en busca de ayuda. Por el camino se sintió peor y se desvaneció en el vestíbulo de la facultad de Letras. Un médico, abuelo de una alumna de Filología Clásica que se encontraba visitando la Universidad, fue el primero en intentar reanimarlo. A los pocos minutos también lo intentó el personal de una ambulancia, que estuvo con él durante cuarenta minutos. Quienes le atendieron afirmaron que la causa había sido, con casi toda seguridad, un infarto, aunque no padecía ninguna afección coronaria previa.

Su muerte conmocionó ayer a la Universidad. Además, por el lugar en el que se produjo, fueron muchos los que presenciaron la reanimación, a pesar de los intentos de los docentes por preservar la intimidad de un momento así de delicado.

José María Jiménez Cano, decano de la facultad de Letras, explicaba ayer que sus alumnos y compañeros están conmocionados; «era una grandísima persona y un gran compañero, tenía un gran sentido del humor y se le apreciaba mucho», aseguraba horas después de lo ocurrido. Sobre su sentido del humor da buena cuenta una anécdota que recordaba ayer una de las alumnas que se encontraba en el examen y con quien bromeó sobre si llevaba una chuleta en la mano.

Desde un punto de vista profesional, el decano definió a Gutiérrez como «un gran fonetista que fue el primero en introducir la traducción del inglés al español en la Universidad de Murcia». Gutiérrez Díez tenía 65 años, estaba casado y tenía un hijo y una hija. Era natural de León, aunque pasó casi toda su vida profesional en Murcia. El entierro será hoy a las siete de la tarde en el tanatorio de Jesús.