La Diócesis de Cartagena ya cuenta con todos sus canónigos, 21 en total, después de que ayer tomaran posesión de su cargo cuatro nuevos en un acto presidido por el obispo, José Manuel Lorca Planes, en la Catedral de Murcia ante medio millar de personas.

Lo que antes era considerado el Senado del obispo y ahora es un consejo de consultores ya está completo al haberse cubierto las vacantes que habían quedado tras las últimas bajas producidas en este grupo de sacerdotes, entre ellas la de Diego Hellín Zaragoza, fallecido el 19 de noviembre. Los elegidos para formar parte de la nómina de canónigos numerarios son Juan Tudela García, nacido en Aledo en 1959 y párroco de San Nicolás de Bari –vicario general–; Antonio León León, nacido en Pozo Estrecho (Cartagena) en 1944 y que ejerce en la iglesia Nuestra Señora del Carmen de Cartagena –vicario de Economía–; Domingo Ballester Rodríguez, nacido en Murcia en 1943 y párroco de San Basilio el Grande –vicario de la Curia Matrimonial–; y Tomás Cascales Cobacho, nacido en Los Martínez del Puerto (Murcia) en 1953 y destinado en San Pedro Apóstol de Alcantarilla –canciller-secretario general–.

Todos ellos continuarán en sus respectivas parroquias, tal y como señaló el propio monseñor Lorca Planes, quien indicó que los nuevos asesores del cabildo catedral están preparados «para servir a Dios y a la Iglesia en la liturgia» y para «darle gloria a través de la Virgen de la Fuensanta». Los canónigos, que se encargan de recitar el oficio público de la Iglesia y son nombrados por el Vaticano a través de los cabildos y los obispos, juraron «guardar fielmente» la autoridad del Cabildo de la Catedral, así como «defender sus derechos y privilegios».

Juan Tudela, en nombre propio y de sus compañeros, mostró «agradecimiento» y «honor» por el hecho de ser llamados a «colaborar en el culto a Dios en la iglesia que es cabeza y madre de nuestra Diócesis y dentro de una ciudad importante y noble como es Murcia». Al mismo tiempo lo consideró «una gran responsabilidad que afrontamos con energía, disposición e ilusión» y dedicó el nombramiento a «sacerdotes, familiares, amigos y feligreses».