La Universidad de Murcia lleva más de un año intentando ahorrar hasta el último euro para conseguir sobrellevar mejor sus problemas económicos y la última medida que ha puesto en marcha ha sido un plan de reajuste que ha afectado a los docentes, en especial a los asociados; es decir a aquellos profesionales que trabajan en el sector privado y que imparten una asignatura para llevar a la universidad sus conocimientos prácticos sobre alguna materia. Este reajuste ha permitido, según el vicerrectorado de Profesorado, un ahorro de unos 750.000

euros.

La transformación de los planes de estudios universitarios impuesta por el plan Bolonia hace dos años había provocado desajustes en la carga de trabajo de muchos departamentos. «Se daba el caso de que en algunas áreas sobraban profesores, mientras que en otras faltaban y lo que hemos intentado es reorganizar la plantilla para optimizar mejor los recursos», explica José María Ruiz Gómez, el vicerrector que ha coordinado el ajuste.

La reducción de horas lectivas a los asociados, la no renovación de muchos de ellos y la ampliación de la carga lectiva de profesores titulares para compensar la pérdida de asociados han sido los pilares principales de este plan de reajuste que se inició en el mes de julio y que se está aplicando ya desde este curso. Ruiz Gómez calcula que el resultado es el equivalente a que la universidad tuviera ahora a 52 profesores menos, aunque el vicerrectorado sigue este curso contratando a profesores en otras áreas que, por el contrario, sí que tienen necesidad de más docentes para impartir materias.

Ruíz Gómez no descarta que en los próximos meses puedan hacerse más ajustes de la plantilla de profesores.

Sindicatos

La reestructuración ha supuesto un tira y afloja con los sindicatos que, aunque entienden el trasfondo de la medida, creen que así se ahorra a costa de la calidad porque los asociados aportan a la Universidad los conocimientos del mundo laboral que no tienen los académicos. Miguel Ángel Pérez, presidente del Comité de Empresa de la UMU, explica que los profesores titulares han tenido que hacer «un esfuerzo» porque ampliar la carga docente supone que «tienen que dedicar menos tiempo a la investigación o la gestión».

Los sindicatos han intentado que la no renovación de los asociados se haga con criterios de antigüedad y en la mayoría de los casos ha habido acuerdo, aunque el Comité de Empresa recurrirá por la vía legal una de las no renovaciones. En lo que tampoco hay acuerdo con el vicerrectorado es con el ahorro que ha supuesto la medida. El Comité estima que ha sido de medio millón de euros.