«Mis cuentas están claras y no hay ningún pufo». Así de tajante se pronunciaba el abogado Higinio Pérez Mateos, uno de los principales imputados en el caso Umbra, en una conversación telefónica con un asesor económico. No opinaba lo mismo de otro de los imputados, Renato de Noce. Así, afirmaba que «del contrato del Casino con Renato, de más de dos millones, todo el mundo ha chupado, pero eso se lo han tenido que tragar, porque es el que ha traído la actuación de interés supramunicipal». Estas palabras fueron obtenidas durante la investigación a través de escuchas telefónicas y han sido incorporadas por la Fiscalía al sumario con el fin de aportar más pruebas a la supuesta trama de corrupción urbanística en Murcia.

De Noce ocupaba el cargo de encargado general de la rehabilitación del Casino, que se enmarcaron dentro de un convenio por el que varios promotores obtenían suelo edificable en la zona norte de Murcia. En un principio, las obras del emblemático inmueble no tenían relación alguna con el proyecto urbanístico. Fue después, con De Noce ya al frente de la restauración del Casino, cuando ésta se incluyó en el acuerdo sustituyendo la prevista edificación de estructuras deportivas por una actuación de interés municipal, a la que parece referirse Pérez Mateos en su conversación y que no sería otra que la citada rehabilitación.

Los promotores interesados en edificar junto a Nueva Condomina conseguirían permisos para edificar 2.000 viviendas. A cambio pagarían 16 millones de euros al Ayuntamiento. Seis de ellos en metálico y los diez restantes al hacerse cargo de las obras del Casino. En estos diez se incluían los dos millones que cobraría De Noce como encargado de la obra. La elevada ´minuta´ del encargado fue ya un motivo de sospecha para los investigadores, que conocían además de su participación en sociedades con la esposa de Joaquín Peñalver, ex jefe de Planeamiento de la Gerencia de Urbanismo e imputado también en esta causa, así como en otra anterior conocida como la Operación Barraca.

Una investigación de Hacienda aumenta todavía más estas sospechas, al indicar que se falsificaron facturas con cargo a las obras del Casino.

El interés de hacer estas facturas no sería otro que el de justificar ante el Ayuntamiento que los trabajos costaron exactamente los diez millones de euros previstos. En caso de que el coste hubiera sido inferior los promotores tendrían que haber abonado la diferencia a las arcas municipales. Y tampoco podría superar los ocho millones de euros con el fin de que De Noce no perdiera nada de su jugosa paga, los dos millones restantes.

Precisamente, en otra de las conversaciones telefónicas aportada por el fiscal a la causa se hace referencia a este baile de facturas. Se trata de una conversación entre Higinio Pérez Mateos y el propio Renato de Noce. En ella este último le indica que ha «metido facturas de cobro emitidas por FAMU como si fueran gastos del Casino». FAMU es una empresa constituida por De Noce y Jesús Zafra, un arquitecto que también se encuentra imputado en la operación Umbra y que participó además junto al empresario de origen italiano en la sociedad en la que figura la esposa de Joaquín Peñalver. En dicha conversación, según la información aportada por el fiscal al sumario, al que ha tenido acceso esta redacción, ambos «siguen hablando de los gastos que se deben emitir como del Casino y cuáles no».