Catorce meses de multa, con una cuota diaria de 6 euros, más una indemnización (aún no determinada) a la Comunidad Autónoma por los daños causados.

Es la condena que le cae al vecino de Bullas que en marzo era juzgado en Mula por arar en un terreno de esta última localidad que escondía un yacimiento romano, algo que el acusado siempre aseguró que desconocía.

En la sentencia del Juzgado de Instrucción Número Uno de Mula, a la que ha tenido acceso LA OPINIÓN, consta como hecho probados que el procesado «realizó, directamente o a través de sus empleados, y sin tener permiso o licencia para ello, una roturación en una zona catalogada como de interés arquitectónico y protegida por el Plan de Ordenación Urbana de Mula y la Carta Arqueológica de la Región de Murcia, ignorando las advertencias de los agentes del Seprona y sin comprobar la existencia de yacimientos arqueológicos en el terreno una vez recibidas las mismas».

Descubierto en los 80

En concreto, se trata del yacimiento arqueológico de Fuente Caputa. El lugar fue descubierto a principios de los años 80. Salieron entonces monedas, columnas, trozos de cerámica y hasta un impluvium de la zona residencial, así como el hipocaustum de unas termas. El impluvium es una especie de estanque rectangular con fondo plano, diseñado para recoger agua de lluvia que se encontraba en el vestíbulo de las antiguas casas romanas. El hipocausto era el sistema de calefacción del suelo de los romanos. Dos basas de columnas que también salieron entonces están ahora en el Museo de la Ciudad.

El procesado siempre insistió en que, cuando él adquirió el terreno, ese lugar estaba dejado de la mano de Dios. Según su testimonio, ahí no se excavaba y ni siquiera había señal alguna de que allí existiesen restos arqueológicos. El hombre, sostuvo siempre, adquirió una tierra en la que se plantaban cereales.

La sentencia se sustenta en el testimonio del agente que explicó «que le advirtió personalmente» al procesado «de que no podía continuar los trabajos, al tratarse de una zona protegida por existir allí un yacimiento».

El juez ve probado que el vecino de Bullas «realizó, a través de su empleado, trabajos de desfonde con gradas y arados de más de 70 centímetros, provocando daños en el yacimiento».

La defensa del procesado, que la lleva el letrado Miguel Ángel Alcaraz, ya trabaja en el recurso.