Los afortunados que ´se pidan´ para los próximos Reyes Magos un súper deportivo de más de 500 CV, tienen que probar la bestia de la marca inglesa, uno de los descapotables más rápidos del mercado.

El Jaguar F-Type es una máquina de indudable belleza que se puede adquirir con un precio de partida de 83.300 euros en su versión Convertible con techo de lona; la variante cerrada se denomina Coupé y está a la venta desde 75.250 euros. Se anima con cuatro niveles de potencia procedentes de dos bloques de gasolina, un V6 de tres litros con 340 y 380 CV (S) y un V8 de cinco litros con 550 CV (R) y 575 CV (SVR). Cabe señalar que los V6 se pueden asociar con un cambio manual de seis relaciones, mientras que el resto se monta con una caja automática de ocho, y que la tracción total está disponible en todos excepto en el menos potente. Nosotros nos hemos dejado seducir por una de las versiones más poderosas hasta este pasado verano (momento en el que llegó el SVR de 575 CV), el F-Type R de 550 CV, una de la cumbres de Jaguar, que corre como un demonio y tiene unas reacciones difíciles de olvidar.

Al contrario de lo que puede parecer, su V8 se doma fácilmente, aunque no hay que buscarle las cosquillas, pues su eje trasero cobra vida propia a cada golpe de gas. El hecho de que nuestra unidad de prensa no cuente con la tracción total (en este motor cuesta casi 7.000 euros más, algo asumible dado el coste final del coche), fomenta esa ´alegría´ en la zaga, pero, otro aspecto sorprendente de este F-Type, es que su motricidad pone los pelos de punta por el afinado bastidor y un autoblocante mecánico que ayuda a obrar el milagro.

Además de todo esto, el piloto debe aprender a configurar la máquina según tenga el día. El preciso cambio automático de ocho relaciones tiene un funcionamiento deportivo que, si bien en modo normal abruma por su rapidez en las transiciones y coherencia, nos hace perder totalmente la cabeza al pasarlo a ´S´. Para colmo, la excelente transmisión se rubrica con las levas en el volante , ciertamente adictivas. Más ajustes adicionales se obtienen con la posición ´Dynamic´, en la que el talante se hace todavía más radical al modificar la dirección, la suspensión (más dura) y la tremenda respuesta del motor, que, por cierto, podemos hacerle sonar más bronco con un simpático botón en la consola central.

Al volante nos sorprende por su precisión (ayudan los enormes neumáticos con llantas de 20 pulgadas que informan de todo lo que hay debajo) y su capacidad de afrontar trazados imposibles. Un sistema controla el reparto de par frenando las ruedas del interior de la curva, para salir disparado en cualquier tramo. Si bien es cierto que al límite puede ser comprometido, también es verdad que cuesta hacerle perder la compostura gracias a las avanzadas ayudas electrónicas que digieren como pueden los 680 Nm de par (entre, atención, 2.500 y 5.500 revoluciones).

¿Y qué podemos decir de todo lo que monta a bordo un coche de 131.000 euros de precio de partida? Pues se pueden imaginar. Lo más refinado de la marca inglesa en materiales y piel, rodeado de modernos dispositivos multimedia y de asistencia a la conducción, aunque, lo que de verdad impresiona de esta bestia, además de su estampa de precioso descapotable biplaza, es su V8 de cinco litros que suena como un terremoto y que nos hace olvidar sus 200 litros de maletero y su elitista precio de adquisición.

Así que ya saben nuestros lectores más pudientes, que la Navidad está a la vuelta de la esquina: ´Queridos Reyes Magos...´.