El 1 de noviembre de 1967, un joven sacerdote, Pedro Pelegrín Navarro, llegó a La Hoya dispuesto a dar a la pedanía el impulso que venía necesitando desde hacía tiempo, no solo en el aspecto religioso, sino también en el social y cultural. Poseía juventud y ganas, dos circunstancias fundamentales para realizar cualquier cambio que, en su caso, consiguió con esfuerzo, cariño y dedicación. Consideró que La Hoya tenía que ser una parroquia y a ello dirigió sus pasos, poniéndole como nombre, del Sagrado Corazón de Jesús. Todo ello vino asociado con la construcción de un nuevo templo ya que la pequeña ermita existente dentro de una finca, propiedad particular, no cubría las expectativas de una pedanía, cuyo futuro iba a ser prometedor, como así ha ocurrido. Fue, precisamente, el sacerdote Pedro Pelegrín quien decidió que La Hoya tuviera sus fiestas y organizó las primeras, porque por algún sitio había que empezar, en el mes de junio de 1968. Este año cumplen medio siglo de historia. Quienes lean este artículo se pueden imaginar el comienzo de las mismas. Durante ese año y los posteriores, el programa se reducía a una chocolatada, una carrera de cintas, otra de sacos, tiro al puchero con los ojos vendados y, si había presupuesto, se incluía una cucaña. Eso sí, había que elegir a la reina de las fiestas. La primera en serlo fue Carmen Arnaldos Cascales, hija del jefe de la estación del ferrocarril, el señor Andrés y la señora Aurora. Como escenario para su coronación y proclamación, no había otro que una mesa prestada por el matrimonio formado por Francisco Navarro y María Peñas, que eran los caseros de la finca donde se encontraba la ermita. La corona de la reina fue confeccionada a base de elementos caseros y las flores que se entregaron tanto a la reina como a sus damas, escogidas en el campo, pues aún disfrutábamos de la hermosa primavera. Con el sacerdote colaboraban varios jóvenes, entre ellos, Juana Arcas Sánchez, Josefa Lucas Sánchez, Melchora Martínez Sánchez, que fue la segunda reina de las fiestas que tuvo La Hoya, Dolores Moya Carrasco o Francisco Gómez Pérez. Poco a poco se fueron incorporando otros, como Andrés Porlán Mula, Caridad Serrano Carrasco, que también fue reina, o Lorenzo Peñas Pividal. Aunque las fiestas comenzaron en 1968, la primera reina se eligió al año siguiente. A Carmen Arnaldos Cascales, como primera reina, le siguieron Melchora Martínez Sánchez, Caridad Serrano Carrasco, María Sánchez Poveda, Isabel Sánchez, Angelina Hilario Carrasco y Nieves Rodríguez Tomás.

Fue así como comenzaron las fiestas en honor al Sagrado Corazón de Jesús, que han ido evolucionando con el paso del tiempo hasta completar un amplio programa de hasta cuatro días de festejos con muchos y variados actos. Con el paso del tiempo se hizo cargo de las fiestas la asociación de vecinos, siendo su primer presidente Juan Molina Martínez, a finales de la década de los años 70 experimentando las mismas una gran transformación donde tuvieron un papel importante las corridas de toros. De celebrarse en los alrededores de la ermita vieja, las fiestas pasaron después al salón parroquial y de ahí a la explanada del colegio ´Juan Navarro´, donde aún se siguen desarrollando.

La junta directiva de la asociación de vecinos de La Hoya que preside Joaquín Pérez González va a asumir el reto de conmemorar los actos del 50 aniversario en el que «van a tirar la casa por la ventana». Uno de los objetivos en el que ya están trabajando es el de poder reunir durante las fiestas de junio de este año a todas las reinas que han desfilado por el escenario durante estos 50 años, desde la primera hasta la última, algo que resultará digno de ver.

Con la celebración de las fiestas de este año, la actual junta directiva cumple los dos años de mandato que fijan los estatutos. El pasado 26 de enero convocaron una asamblea general, tras la cual se abrió el proceso para que otro equipo de hombres y mujeres de La Hoya tome el relevo y se ponga al frente de la asociación para iniciar una nueva etapa. Cuando pasen las fiestas, y antes de julio, tienen previsto convocar otra asamblea para elegir a la nueva junta directiva, haciendo en este sentido una llamada a quienes estén interesados en ello con la particularidad de que «todos debemos de arrimar el hombro», dice Pérez González.

En el encuentro del pasado 26 de enero se hizo balance del último ejercicio y se dio repaso a los asuntos pendientes por ejecutar.