El delantero del FC Cartagena Akinsola ha lanzado un dardo envenenado a su exequipo, el Cádiz, que será el rival del conjunto albinegro en el estadio Carranza el domingo (17.00 horas). Y lo ha hecho en el peor momento, ya que todo apunta a que el nigeriano no será muy bien recibido por la que fue su afición el curso pasado.

El jugador acusó al exentrenador del conjunto cadista, José González, de haberlo obligado, pese a estar lesionado, a lanzar un penalti en la tanda de penaltis del partido definitivo de la fase de ascenso a Segunda División contra el Lugo. Akinsola falló la pena máxima y su equipo se quedó sin recuperar una plaza en Segunda División.

Ahora, cuatro meses después, el futbolista africano lanza piedras contra su extécnico y su exequipo. Algo que no ha sentado nada bien en el club presidido por el cartagenero Florentino Manzano y, menos, entre un buen número de aficionados, que creen que el futbolista no rindió en la segunda parte del campeonato como debía.

«Fue el entrenador el que me dijo que tirara el penalti», denunciaba el jugador antes de desvelar que lo hizo «estando lesionado». «Nadie quería lanzar un penalti. ¿Por qué no lo quiso tirar Ikechi?», se preguntaba Akinsola, quien añadió que «no podía tirar a puerta porque tenía dolores, pero me obligaron a lanzarlo porque nadie quería, aunque yo repetía una y otra vez que estaba lesionado. Cuando toqué el balón al chutar me dolió el pie y por eso lo lancé fuera».

El Diario de Cádiz recogía ayer unas declaraciones de José González, quien preguntado por el periódico gaditano, no quiso entrar al trapo y ni confirmaba ni desmentía lo declarado por su antiguo pupilo. «He escuchado lo que ha dicho Akinsola, pero no voy a valorar nada de lo ocurrido cuatro meses después», contestaba.

El que sí contestó al cartagenerista fue Alfonso Cortijo, segundo entrenador del Cádiz la pasada temporada. «Lo único que voy a decir es que Akinsola miente porque yo mismo escuché cómo pedía lanzar la tercera pena máxima antes de afrontar la tanda», resumía Cortijo.

Así, el regreso al estadio Ramón de Carranza del máximo goleador del Cádiz durante el pasado curso liguero no pasará desapercibido para los aficionados gaditanos, quienes, según explicaron a esta redacción desde la ciudad andaluza, se quejaron en numerosas ocasiones del rendimiento del jugador, que tras marcar 16 goles en cuatro meses, estuvo casi toda la segunda vuelta sin ver puerta.