Las barreras a las que se enfrentan las personas sordas en su vida cotidiana no se limitan a la comunicación. También se encuentran con obstáculos en la enseñanza, en el ámbito laboral, la salud o en el acceso al ocio y la cultura. Desde su posición como presidente de la Federación de Personas Sordas de la Región (Fesormu), Francisco Jesús Pérez lucha por conseguir la plena inclusión y la igualdad de este colectivo.

¿Por qué cree que a la sordera se la ha bautizado como la discapacidad silenciosa?

Supongo que es porque se cree que las personas sordas son también mudas, y no es así. Posiblemente también tenga que ver con que nuestra discapacidad se hace invisible para la mayoría de la sociedad oyente. Te puedes cruzar con una persona sorda por la calle y no puedes reconocer las verdaderas barreras de comunicación con las que se encuentra en su día a día, lo que dificulta la sensibilización y la integración.

Aún existen muchas ideas erróneas sobre la sordera...

Aún hay quien no sabe que una persona sorda es aquella que tiene una pérdida auditiva, mayor o menor. Que las personas sordas se comunican principalmente en lengua de signos, pero hay otras que solo lo hacen en lengua oral. Hay personas sordas que usan audífonos o implante coclear y otras no. Y algunas personas sordas tienen dificultades para comprender y expresarse por escrito.

¿Cuáles son los principales obstáculos que encuentran las personas con discapacidad auditiva en su vida cotidiana?

Las barreras de comunicación son continuas: para ir al médico, hacer una gestión en el banco, comprar un móvil, trabajar... También en el tiempo de ocio. Se necesitaría mayor número de horas de subtitulación y de interpretación en las televisiones. Las personas sordas somos sordas las 24 horas del día y necesitamos de las adaptaciones y de los servicios de interpretación, al igual que en las aceras se hacen necesarias las rampas para suprimir las barreras arquitectónicas.

¿Están adaptadas las grandes ciudades de la Región?

Existen algunas adaptaciones técnicas en algunos centros o museos como el Arqua de Cartagena, que dispone de signoguías, pero aún se debería incluir paneles visuales en muchos centros de información y atención. En los centros de salud, por ejemplo, aún se nombra a los pacientes por megafonía, por no hablar de que en casos de incendio o evacuación la información mediante avisadores luminosos específicos y paneles visuales es insuficiente.

¿Considera que la administración ofrece el suficiente apoyo a este colectivo?

Creo que la Administración se debe implicar y comprometer aún más, y que se desarrolle en su totalidad la ley aprobada en 2007 por la que se reconocen las lenguas de signos y los medios de apoyo a la comunicación oral. En la actualidad solo disponemos de tres intérpretes públicos. Es muy difícil atender a 300 usuarios sordos de media anual con sólo tres profesionales, con una escasa media jornada laboral de lunes a viernes, sin atender las necesidades que puedan surgir fines de semana o fuera del horario de oficina de nuestro servicio. Esto demuestra que aún queda mucho por hacer.

¿Cuales son los principales problemas que encuentran para acceder al empleo?

En cuanto al empleo público, el acceso a los exámenes en las oposiciones aún genera dificultades, ya que no siempre se admite la presencia del intérprete durante la realización de las pruebas, se considera que puede ´ayudar´ al alumno. En cuanto al empleo en empresas ordinarias, aún existen ideas erróneas por parte de los empresarios. Se desconocen los recursos y estrategias comunicativas que existen al alcance para fomentar su incorporación laboral. Por no hablar de la ausencia de adaptaciones una vez se consigue el puesto. En ocasiones se celebran asambleas en las que no se cuenta con la presencia del intérprete, y el trabajador puede ignorar que quizás su empresa esté sometida a un ERE, por ejemplo.

¿Qué papel están jugando las nuevas tecnologías para la mejora de la comunicación de las personas sordas?

Los teléfonos móviles e internet resultaron una revolución para el mundo en general, y para nuestro colectivo no ha sido menos, la mensajería instantánea, las webcam... Todo ha contribuido a una mejora en la calidad de nuestras vidas y en el acceso a la información. Pero no hay que olvidar que aún existen muchas páginas web que no son accesibles para personas sordas al no incorporar la lengua de signos y que la información escrita no es suficiente para muchas personas sordas.

Aunque la lengua de signos es la más empleada, algunas personas sordas se niegan a emplearla. ¿A qué se debe?

Los padres con hijos sordos pueden tener dudas acerca del uso o no de la lengua de signos. Pueden temer erróneamente que interfiera en el desarrollo del lenguaje del niño, o también por el sentimiento de creer que el uso de la lengua de signos los va a hacer diferentes y no se sientan ´normalizados´. Hay que vivir la lengua de signos como lo que es, una lengua que suma, e incorporarla desde pequeños en el seno familiar, así multiplicará las posibilidades de desarrollo del niño con sordera, tanto cognitiva como afectivamente.