Su vida laboral es contundente: más de 34 años trabajados y cotizados, casi treinta de ellos en el régimen agrario. Pero el cálculo que le ha facilitado la Seguridad Social sobre su jubilación le abre un panorama desolador: con esos 34 años y medio cotizados y con una edad de 67 años, la pensión que le quedará es de solo 209 euros con 18 céntimos.

"Me quedé echo polvo cuando me enteré. Y estoy sufriendo. Pero no puedo hacer otra cosa que llevarlo con la mayor dignidad posible", cuenta el hombre afectado, que ruega no dar su nombre ni su municipio valenciano de origen. Alega que no es agradable que sepan que has de apañarte el resto de tu vida con poco más de 200 euros al mes. Que a la penuria se le podría añadir la vergüenza. Y que eso prefiere evitarlo.

Él empezó a trabajar a los once años. El alta en la Seguridad Social la inició con 17 años. Eran tiempos con un periodo de escolarización mínima para las clases humildes. A él le tocó trabajar para ayudar en casa. La documentación de su historia laboral atestigua su contribución a las arcas públicas.

Estuvo de alta en la Seguridad Social de 1967 al 71; lo interrumpió un año para cumplir el servicio militar; y luego, de un tirón, estuvo de alta como trabajador desde el año 1972 al 98. Por cuestiones familiares tuvo que darse de baja -aunque seguía trabajando tierras- y regresó a la cotización a partir de 2012.

Así lleva desde 2012: cotizando al erario público con 237 euros cada mes en el convenio especial para que le incremente la pensión de jubilación. Porque lo que ha penalizado al hombre es haber estado diez de los últimos quince años (los que más cuentan para la posterior jubilación) sin cotizar. No fue consciente. "No me informé bien", lamenta. Y ahora ve como inminentes unas consecuencias que considera "injustas" y fuera de toda razón. Si se hubiera jubilado a los 65 años y dos meses, la pensión que le quedaba era de 97,07 euros.

Llamamiento a los políticos

Del mismo modo que prefiere un discreto plano, no es hombre de palabras gruesas. Repite que no quiere ofender a nadie. Pero le gustaría que su caso sirviera para que los responsables políticos atiendan este tipo de situaciones ahora que la Comisión del Pacto de Toledo prepara una reforma de las pensiones.

"Muchos trabajadores han cotizado y en pocos años han tenido una pensión grande, porque en el último periodo de su vida laboral han cotizado más. En cambio, otros que tenemos más años cotizados nos quedamos con una pensión menor. Yo rogaría que cambiaran la ley ya y se corrigieran estos desfases. A ver si llego a tiempo para poder tener una pensión más justa que cuente todo lo cotizado y contemple toda la vida laboral", afirma. E insiste en un aspecto: que la reforma pueda hacerse ya, para que llegue a tiempo de reparar a él y a todos los trabajadores en una situación similar a la suya. "Espero que los afectados no tengamos que esperarnos a futuras decisiones, si las hay, y a las que posiblemente ya no nos podríamos acoger", recalca.

Pero, ¿y si no hay cambio legal y él tiene que apañarse con poco más de 200 euros al mes? Son siete euros al día. Echa cuentas y no le salen. "¿Qué puedo hacer? Mientras pueda aguantar, aguantaré. Si me muero ya no necesitaré nada. Pero si vivo, necesito una jubilación", declara mientras recoge la documentación que acredita cada una de sus palabras. "¿Usted cree que ofendo a alguien?", pregunta el agricultor antes de marcharse del periódico.