Cuando faltan doce días para que entre de lleno el año 2018 , la realidad es que los cinco equipos de la Región de Murcia que militan en Segunda B ya han alcanzado el ecuador del torneo en situaciones completamente diferentes, ya que mientras que unos miran hacia la parte más cálida y valiosa de la clasificación, otros tienen que batirse el cobre por sacarse las castañas del fuego en la parte baja de la tabla. Así las cosas, y después de haberse disputado diecinueve jornadas del torneo liguero en el Grupo IV de Segunda B, los primeros balances dejan otra temporada más al Real Murcia y al Cartagena como grandes candidatos para luchar por el ascenso, sin olvidarse de un UCAM que a pesar de venir de un batacazo como supuso descender de Segunda, ha sabido adaptarse con una plantilla completamente nueva para seguir luchando por objetivos ambiciosos. Por lo tanto, granas, albinegros y universitarios, desde el liderato, la cuarta y la quinta plaza, respectivamente, están en una situación excepcional para encarar la segunda vuelta en una posición privilegiada para todos.

Por segundo año consecutivo, el FC Cartagena ha finalizado campeón de invierno, aunque esta campaña con una renta menor que en la anterior. El bloque albinegro sigue siendo fiel a los principios de su entrenador, que cumple su tercera temporada al frente de la entidad, aunque no siempre le han salido las cosas como esperaba en esta primera vuelta del campeonato. Los cartageneristas quieren dominar al rival en casa, pero, por contra, se han encontrado mejor a domicilio y los números así lo demuestran.

La gran baza ha llegado esta campaña con la contratación de un atacante como es el caso de Aketxe que, al contrario de otras temporadas, sí que hace goles y ha marcado las diferencias dándole muchos puntos a su equipo, una de las claves para que el Cartagena siga líder. Y el club albinegro, a pesar de haber pasado un bache menor que el de sus rivales, también puede presumir de ser el único de los cinco clubes murcianos que militan en la categoría de bronce que a las primeras de cambio nunca ha apostado por despedir al entrenador, algo que no pueden decir ninguno de los otros cuatro, ya que Real Murcia, UCAM, Jumilla y Lorca Deportiva han tenido que cambiar al jefe de sus banquillos buscando siempre una reacción que en unos casos ha llegado y en otros no tanto.

El Real Murcia de las primeras jornadas tampoco era ni mucho menos un candidato al ascenso, pero tras el paso por el banquillo de Manolo Sanlúcar y de Víctor Basadre, la llegada de José María Salmerón ha sido un bálsamo para una plantilla confeccionada a golpe de talonario y que con la nueva filosofía que ha traído el preparador almeriense han comenzado a llegar los buenos resultados que tanto se estaban resistiendo. Tras despedir a Manolo Sanlúcar en la jornada siete y apostar por Víctor Basadre de forma interina, al final fue José María Salmerón, quien tomó las riendas de la nave grana, lo que unido a los buenos resultados han hecho que las acciones granas coticen de nuevo al alza. Salmerón firmó una racha de cinco triunfos en seis semanas que catapultaron a los granas, aunque fuera por una noche, a dormir en los puestos de play off, una zona que no han conseguido pisar en toda la primera vuelta.

El gran problema del Murcia es que su gran trayectoria deportiva ha pasado casi a un segundo plano tras la marcha del presidente, un Raúl Moro que se siente traicionado tras no verse cumplidas las promesas que le hicieron sus colaboradores cuando aterrizó hace un año en la Nueva Condomina y que ahora negocia la venta del club al representante mexicano Mauricio García de la Vega, quien tampoco ha querido arrojar luz sobre una operación que tiene muy preocupado al murcianismo.

El UCAM también tiene esta temporada una papeleta complicada, ya que después del palo del descenso de Segunda del año anterior, la realidad es que la secretaría técnica ha tenido que confeccionar prácticamente un equipo nuevo que comenzó dirigido por Luis Planagumá, pero que decidió prescindir del extécnico del filial del Granada para dejarlo en manos del mazarronero José Miguel Campos, quien en la recta final de 2017 está cumpliendo con sus deberes, ya que tras los dos empates iniciales en sus dos primeros choques, los universitarios van a despedir el año con tres victorias consecutivas que los llevan de hecho a ocupar la cuarta plaza, la última que permite disputar la fase de ascenso a Segunda División.

La batalla por salvarse

La batalla por salvarseSi Cartagena, Murcia y UCAM miran hacia arriba, el Jumilla y el Lorca Deportiva miran justo al contrario. Pero incluso dentro de estar en una situación comprometida, los jumillanos parecen que han dado un paso al frente antes de las vacaciones navideñas, mientras que en el Lorca Deportiva, ni el cambio de entrenador ha surtido el efecto deseado entre una afición desencantada con el dueño, un Quique Pina que cuando anunció su llegada generó más ilusión entre la gente que la que existe ahora mismo con el equipo ocupando el farolillo rojo desde la tercera jornada. La llegada de Mario Simón mejoró las sensaciones, pero los resultados son muy pobres como para pensar en milagros.

El que sí se ha ganado el derecho a soñar con una permanencia más o menos tranquila es un Jumilla que, tras la llegada de pato al banquillo en sustitución de Ángel Cuéllar, ha encontrado la fórmula para encadenar cinco jornadas sin perder, con tres valiosas victorias y los mimos empates, ha dejado a la entidad vinícola en puestos de descenso, pero solo a tres puntos de sacar la cabeza y respirar, mientras que el Lorca Deportiva cierra el año a once puntos de la zona de permanencia, una distancia que puede convertirse en insalvable dependiendo de si hay o no reacción a la vuelta de vacaciones.