De la manera más amarga puso el Cartagena el telón a una temporada sin sobresaltos: ni aspiró al ascenso ni sufrió por el descenso. El empate a uno en casa contra el San Roque de Lepe, sumado al empate del Mérida frente al Almería B, clasificó a los albinegros para la próxima edición de la Copa del Rey. Fue un premio al mínimo esfuerzo.

"El domingo tenemos que demostrar que nosotros nos jugamos algo y ellos no". Las palabras de Alberto Monteagudo en el rueda de prensa previa al partido quedaron en vano: la escasez de intensidad del Cartagena fue bien aprovechada por el San Roque, descendido matemáticamente de categoría, que poco a poco fue comiendo terreno hasta llevar la iniciativa.

Hubo escasez de actitud en el conjunto albinegro, los Cristo, Juanlu, Sergio García y Hevia no aparecieron, salvo en una acción aislada de Sergio García que Bonaque se marcó en su propia portería. El San Roque basaba su superioridad en el centro del campo, con un Lolo González dueño y señor de esa zona. Tanto se animaron los aurinegros que Rivero, desaparecido y expulsado, cometió penalti sobre Marcos Rosa. El goleador Chacopino, con doce goles esta temporada, falló desde los once metros. Un disparo potente y al centro el del transalpino.

Después del penalti llegaron los mejores momentos del San Roque. Un Cartagena plomizo frente a un San Roque fresco. Un centro envenenado de Sedeño, que pasó rozando la cruceta, fue el presagio a una segunda parte calcada a los primeros 45 minutos. Juanlu dispuso de una ocasión clamorosa para hacer el segundo: tenía donde elegir, pero su disparo se marchó por encima de la portería. Los visitantes, al final, empataron el partido en el minuto 80 con un balón suelto en el área pequeña que aprovechó Manu Ramírez.