Hubo un tiempo en el que jugar contra ElPozo en el Palacio era sinónimo de empezar el choque perdiendo. Además, pocos apostaban a que saliese vencedor cualquier otro equipo que no fuese el de Tomás Fuertes. Pero esta temporada poco o nada queda de ese fortín de antaño. Al menos contra los equipos de la parte alta de a tabla. Y es que ElPozo volvió a dejarse ayer dos puntos al empatar con Palma (2-2), su inmediato perseguidor y próximo rival en la Copa del Rey, en un partido en el que llegó a ponerse con dos tantos de ventaja y que, al final, solo el poste evitó que perdiera el encuentro. Y con este resultado, que tiene la parte positiva de dejar casi asegurado el tercer puesto en la tabla, los de Duda suman un nuevo tropiezo ante un equipo de play off. De hecho, ElPozo no ha ganado a ninguno de los cinco primeros clasificados esta temporada en casa, un dato para el que habría que tirar de hemeroteca y buscar si alguna otra vez se ha producido. El Palacio se ha convertido, para los murcianistas, en territorio comanche. No se encuentran cómodos ante los suyos, una tarea que el conjunto de la capital del Segura debe mejorar sin dilación pues se aproximan las eliminatorias por el título liguero y Palma se acaba de unir a Inter, Barça, Magna y Ribera como equipos que han sacado petróleo en su visita a tierras murcianas.

El partido, que estaría cargado de tensión, comenzó de manera favorable. Pero la escuadra local solo jugaría diez de los cuarenta minutos que componen un encuentro, y esos minutos serían los iniciales. El equipo de Duda arrancó gustándose, deleitando en su juego, presionando con acierto y haciéndose con el mando del partido.

Las ocasiones, que no eran muchas, eran todas suyas. Su rival estaba encerrado y no lograba inquietar a un Rafa, a la postre convertido en salvador del equipo, que veía el partido como espectador de lujo. Y los murcianistas encontrarían el premio a su planteamiento de juego con un tanto a los siete minutos obra de Raúl Campos, que recibió un pase de Adri en una falta frontal y colocó el balón en el fondo de las mallas.

Tras el tanto, no esperó mucho ElPozo para asesar otro golpe a su contrincante, pues Álex aumentaba la ventaja poco después y afianzaba el dominio de los suyos en el encuentro. Entonces todo cambió. Seguían los aficionados celebrando el gol de los suyos cuando Palma, segundos después de haber encajado el tanto del ciezano, ponía el primero en su cuenta particular. Acababan de cumplirse diez minutos y ElPozo perdería, estando con todo a favor, el mando del encuentro y no volvería a mostrar sus virtudes hasta que llegasen los minutos finales.

Con solo un tanto de ventaja terminó el primer tiempo y arrancó el segundo. El paso por vestuarios no cambió la tónica del choque pues Palma, que se había ido al descanso perdonando el empate, siguió acosando a su rival a pesar de que éste lo intentaba pero sin llegar a creérselo. Faltaba actitud, chispa y claridad de ideas. Extrañamente, habían desaparecido tras el segundo gol. Las transiciones eran lentas, la circulación de balón se atascaba y ElPozo, que poco antes estaba jugando regalando lecciones tácticas de fútbol sala, ahora lo hacía sin encanto. Lo mejor del partido para los locales estaba siendo, sin duda, el resultado.

Un final de partido previsible

La sensación era de que estaba más cerca el segundo de Palma que el tercero de los locales. Y así fue ya que, a falta de cinco minutos para la conclusión, Vadillo lograba la igualada. Con el empate ElPozo despertó, pero llegaba tarde al encuentro. Su rival contaba con la inercia de haber estado llevando el peso del partido y, aunque tuvo varias claras ocasiones la escuadra murciana y volvió a dejar buenos momentos de juego, no acertaría a marcar. Además, se salvaría de claudicar ante el valiente planteamiento de Juanito, cuyo equipo tuvo el gol faltando diez segundos para la conclusión con un lanzamiento de Pizarro que se estrelló en el palo.

Al final, un punto para ElPozo que tiene dos lecturas positivas: dejar casi asegurado el tercer puesto en liga y el hecho de saber que la final de la Copa del Rey, en la que se volverán a medir ante Palma, será en tierras sevillanas, lejos del Palacio.