Puede que el UCAM Murcia de esta temporada esté detinado a hacer grandes cosas, pero eso no es suficiente para sorprender al Real Madrid en su propia casa. El equipo de Ocampo presentó batalla, más con destellos que con solidez, durante veinte minutos a un equipo blanco que dio la sensación de que cerró el partido cuando realmente se tomó en serio a su rival ayer.

Y es que el conjunto murciano salió más respondón de la cuenta hasta el descanso. A pesar de un penoso inicio, los visitantes fueron capaces de igualar hasta en dos ocasiones un partido que se movío por rachas, con el Real Madrid distanciándose en el marcador y el UCAM Murcia igualando a base ambos de grandes parciales. Finalmente la lógica se impuso, pero tuvieron que ser los jugadores de la plantilla de Laso que unen tamaño y calidad (Maciulis, Bouroussis, Ayón), los que metieran en vereda a los murcianos usando todas sus cualidades y haciendo daño donde más sufrían los de Ocampo, dentro de la pintura.

Porque, con la honrosa excepción de un Radovic que siempre que puede saca a relucir su talento, el juego interior del UCAM Murcia no estuvo a la altura del desafío. Lima bajó su rendimiento, como suele hacer cuando juega fuera de casa, Arteaga no resultó un elemento diferenciador a pesar de que el entrenador tiró de su envergadura para tratar de cortar la sangría que causaban los interiores locales y Antelo mostró que no pasa por su mejor momento y una vez más rindió muy por debajo de lo que se espera de él.

Por el contrario, el alero Maciulis fue un martillo en todas las posiciones en las que probó anotar, además de que Pablo Laso le utilizó desde bien temprano para hacer daño al no contar el UCAM Murcia con un jugador capaz de defenderle. El lituano se fue hasta los 20 puntos (29 de valoración y 4 de 4 en triples) y estuvo acompañado por un Iannis Bouroussis (11 puntos, 21 de valoración), que impuso su ley en la pintura junto a Gustavo Ayón y Felipe Reyes.

Con estas armas, principalmente, fue como el Real Madrid logó destacarse muy al principio del partido (22-6), ante un UCAM Murcia que salió voluntarioso en defensa, pero que se vio lastrado por un desempeño ofensivo lamentable que le negó el rebote y dio la posibilidad de correr a los madrileños. Maciulis anotaba fácil con Wood de pareja de baile y Bouroussi) superaba a quien se le pusiera enfrente en la zona. Radovic y Neto daban como podían la respuesta al final de los primeros 10 minutos (26-16) y preparaban el terreno para lo que vendría despues.

Porque ambos jugadores lideraron lo que iba a ser el milagroso segundo cuarto del UCAM Murcia. Primero con un parcial de 2-11 compuesto por 3 triples consecutivos y una canasta de arteaga que iba a nivelar el marcador contra todo pronóstico (28-22). Esto llevó a que Pablo Laso tuviera que pedir un tiempo muerto para poner las pilas a sus jugadores ante la avalancha visitante, y surtió efecto, porque acto seguido el Madrid contraatacó con un 12-0 que parecía devolver alas cosas a la normalidad (40-27).

Era el turno ahora del tiempo muerto de Ocampo y, siguiendo con las rachas, le tocó el turno a un UCAM Murcia que vivió de Neto y Radovic casi en exclusividad, y defendió con mucha más convicción de lo que había hecho hasta el momento. El parcial, otra vez de 2-11, dejó un marcador esperanzador al descanso, teniendo en cuenta que el partido parecía haberse vuelto completamente anárquico, lo que había berneficiado sin duda a los visitantes (42-41).

Pero Laso no quería más sorpresas, y volvió a la fórmula de inicio del partido para dar el golpe sobre la mesa definitivo en el tercer cuarto. Bouroussis y Ayón impusieron de nuevo sus potencia física y calidad bajo los aros y les acompañaron Llull y Campazzo para darle velocidad al juego una vez los dos primeros controlaban el rebote con mano de hierro. El equipo murciano ya no encontró respuesta, como es lógico, en el tiro de 3 puntos como arma en exclusiva y no pudo más que empezar a capitular a medida que la ventaja no hacía más que aumentar e incluso encajaba un contundente 20-0 que dejaba el partido más que decidido (70-49).

El último cuarto no tuvo ninguna relevancia, más allá de que el Real Madrid siguió gustándose ante su público, disfrutando de su condición de imbatidos en la Liga Endesa y siguió castigando con buena defensa y contraataques a un UCAM Murcia entregado, que bastante tuvo con no permitir que la desventaja aumentara mucho más (90-65).