El Real Murcia, sin contar todos los problemas extradeportivos del último verano, lleva siete partidos ganados de los nueve que ha disputado desde que arrancó el torneo en Segunda B. Es decir, que la luz del Real Murcia sigue más encendida que nunca a pesar de las circunstancias y, de hecho, si ayer los pupilos de José Manuel Aira no se pusieron líderes del grupo primero, fue porque el Logroñés también se llevó los tres puntos de casa del Avilés. Con cuatro victorias seguidas, los murcianistas han puesto un ritmo de inicio que, a pesar de algunos fallos, ha sido suficiente para desmarcarse en la parte alta de la clasificación. Teniendo en cuenta que, poco a poco, el tiempo va pasando y los jugadores cada vez se encuentran mejor, la única duda es si esta plantilla puede subir todavía un escalón más.

La sorpresa saltó nada más conocerse el once titular del Real Murcia, ya que José Manuel Aira, el preparador grana, apostó por un equipo sin la figura de un delantero puro, con Gerard Oliva en el banquillo y Carrillo fuera de la convocatoria, y con Javi Flores y Rubén Sánchez como referencias ofensivas. La apuesta del técnico murcianista llega después de que los números de sus delanteros no sean ni mucho menos como para resaltarlos. Rubén Sánchez por Oliva fue la única variación respecto a la victoria en casa de hace una semana ante el Astorga.

En el arranque del encuentro no se notó mucho el nuevo sistema de Aira, ya que el Zamora saltó al campo apretando y los murcianistas tuvieron que emplearse a fondo, pero para defender, no para atacar. A los cuatro minutos, el colegiado ya había decidido 'hacerse el loco' con una mano de cada equipo dentro del área en un inicio bastante decepcionante por parte de los granas. De hecho, a los quince minutos de partido, el Zamora era el equipo que más buscaba la portería del rival, aunque el guión invitaba a pensar lo contrario. Hasta aquí le duró la fiesta a los locales, porque los murcianos sí cogieron entonces las riendas del encuentro.

No fue con brillantez, pero apareció el oficio que se echaba de menos para calmar el temple local. A partir de los veinte minutos, las ocasiones eran ya solo de color verde, y es que en el 27 estuvo muy cerca de llegar el tanto por medio de un defensa como David Prieto.

La mejor ocasión de los murcianos antes de aparecer Acciari terminó estrellándose en el palo, obra de Pumar, después de una buena parada de Cantero a un disparo de Javi Flores. Fue a la media hora de juego y era sin duda el preludio de algo bueno, ya que el equipo se había recompuesto de la pájara inicial sin apenas contratiempos. Sin embargo, el gol se le sigue resistiendo a los hombres de ataque, ya que tuvo que ser de nuevo Acciari, con su tercer tanto en el torneo liguero y de la misma forma, a la salida de un córner, el que dejara la contienda casi vista para sentencia teniendo en cuenta la rentabilidad que le está sacando el Murcia esta temporada a todos sus goles. Es una historia que este curso le encanta a los aficionados. Miguel Albiol saca desde la esquina a la zona más complicada para el portero y allí aparece siempre el argentino para tocar el balón lo justo, lo necesario para colarlo dentro de la meta rival.

El Zamora solo pareció sentirse ofendido después del tanto de los murcianos, pero sin disparar entre los tres palos que ayer defendía el canterano Fernando. El gol fue un jarro de agua fría para un equipo que depositó todas sus esperanzas en aprovechar algún fallo defensivo grana, algo que si pasó, no fue bien aprovechado por los zamoranos.

La segunda parte, ya desde el vestuario, se veía de manera diferente por parte de la tropa grana con la ventaja que mostraba el marcador. Era cuestión de manejar bien el tiempo del partido y seguir haciendo lo mismo, evitar cualquier acercamiento de los locales, para asegurar otros tres puntos muy valiosos con vistas al final del curso, donde se espera a un Real Murcia menos nervioso y con las espadas en alto para regresar a Segunda por la vía deportiva.

En el tramo del minuto sesenta al setenta, Rubén Sánchez y Javi Flores tuvieron dos acercamientos tímidos para haber ampliado diferencias. El exjugador del Zamora no tuvo ayer su día más preciso y el ex del Elche continúa con una puesta a punto que José Manuel Aira espera que se confirme cuanto antes al tratarse de uno de los pocos que anda sobrado de calidad en la plantilla grana. Sin un nueve como referencia en el Real Murcia, Sánchez y Flores fueron un poco los encargados de mover los hilos ofensivos de un equipo que sigue protegiéndose y escondiéndose los fallos gracias a una seguridad defensiva que ofrece todo tipo de garantías y de seguridad. Hacerle un gol al Murcia se está convirtiendo en tarea casi imposible, algo imprescindible para optar al salto de categoría. Otra cosa es que ni Gerad Oliva ni Carrillo, los dos delanteros de la plantilla, hayan convencido a un entrenador al que ayer le salió bien su nuevo plan. El juego de los granas no cambió radicalmente, pero Aira envió un mensaje muy claro a toda la plantilla tras saltar al campo sin delanteros puros. Los próximos partidos pondrán de relieve si lo del nuevo sistema ha sido algo puntual utilizado en la Ruta de La Plata, o si por el contrario va a ser algo habitual a partir de ahora, si los hombres de ataque no afinan la puntería.

El Zamora trataba de aplicarse el cuento, pero sin disparar ni una vez contra la portería rival en noventa minutos, por lo que lo de ganar era casi imposible. Otra cosa es que los locales salieran a empatar y, con el gol de Acciari, todos los planes se fueran al traste antes de tiempo.