Todos los deportistas tienen fecha de caducidad. Nadie se salva. Ni los que alcanzan la gloria ni los que la rozan o se quedan en el camino. A Juan Manuel Molina Morote (Cieza, 15 de marzo de 1979) le ha llegado el momento de la retirada. No era como él deseaba, cruzando la línea de meta en la prueba de 50 kilómetros marcha de los próximos Juegos Olímpicos de Londres, que hubieran sido los terceros para el ciezano. Ocurrió en Rusia, durante la Copa del Mundo del pasado domingo, donde se jugaba, precisamente, estar este verano en la cita deportiva más importante. El físico le dijo basta pese a que la mente y el corazón le dictaban todo lo contrario.

Molina ha sido honesto, fiel a sus principios. No ha querido arrastrarse. Llevaba tiempo haciéndose a la idea de que llegaría el momento de decir adiós. Ayer, en una rueda de prensa en el Gimnasio UCAM Sports, donde estuvo arropado por su familia y compañeros de fatigas, como Benjamín Sánchez y Miguel Ángel López, no pudo evitar las lágrimas. Con voz entrecortada por la emoción fue sincero, como siempre lo ha sido: «Dilatar en el tiempo lo inevitable era traicionarme», decía un deportista que seguirá ligado al deporte a través de la docencia –será profesor de la UCAM– y que también quiere convertirse en el próximo presidente de la Federación de Atletismo de la Región de Murcia. «Han pasado veinte años desde que empecé en el atletismo como un juego», resumió Molina, quien admitió que «mis últimas temporadas no han sido gratas», pero que el hecho de que «la recompensa siempre llegaba» le hacía continuar en la brecha. Se marcha convencido «de que hago lo mejor», y lo hace «super contento y feliz» por todas las muestras de cariño que ha recibido desde que el domingo, a través de su Twitter, comunicaba que había llegado el momento que ningún deportista quiere vivir: «He recibido en los últimos días mensajes de mucha gente, incluso de desconocidos que han seguido mi trayectoria y que me han dado muchas muestras de cariño», desvelaba.

Veinte años dan para mucho. Un bronce en un Mundial, otro en un Europeo y un diploma olímpico en Atenas 2004 son los resultados, a modo de resumen, que avalan a un ciezano que comparte con Antonio Peñalver, subcampeón olímpico en Barcelona 92 y quien ayer estuvo junto a su amigo, el trono del atletismo regional. Pero pese a todos esos éxitos, con el mejor recuerdo que se queda Molina es «con mi primer Campeonato de España, cuando no llevaba ni un año entrenando. Quién me iba a decir que ese verano iba a ser campeón de España y que después iba a disfrutar de la oportunidad de disputar dos Juegos Olímpicos», reflexionaba el ciezano, quien no ocultó que «es difícil asumir este momento, pero lo he pensado mucho. Cabía una posibilidad, que era intentar conseguir la mínima en los 20 kilómetros, pero por la lesión que sufro es conveniente que lo deje. No me gusta estar a medias tintas», decía el murciano.

Antonio Peñalver, director general de la Actividad Física y el Deporte, Antonio Tamayo, alcalde de Cieza, Pablo Rosique, director de deportes de la UCAM, Matías Ros, concejal de Deportes de su localidad, los atletas Benjamín Sánchez y Miguel Ángel López, el doctor Francisco Esparza, su mujer Sonia Carrillo, su hija Esther, y su representante, Alberto Armas, arroparon en un acto emotivo a un atleta que tuvo muchas palabras de agradecimiento, especialmente para «Fernando Vázquez, el primer olímpico ciezano, quien me ayudó a dar mis primeros pasos» y, por supuesto, a José Antonio Carillo, su suegro y que fue su entrenador hasta hace dos años: «Él ha guiado mis pasos, unos pasos que ni en mis mejores sueños podía imaginar que fueran tan largos», decía a la vez que por su mejilla se deslizaba una lágrima.

¿Y ahora, qué? Molina lo tiene claro. Se dedicará a la docencia en las aulas, pero no piensa ser entrenador. «Admiro mucho el trabajo de los técnicos, pero yo quiero contribuir al atletismo desde otros cargos de responsabilidad», dijo, para confirmar a continuación la noticia que avanzó este diario, y es que está preparando su candidatura a la presidencia de la Federación Murciana de Atletismo, aunque tampoco quiso ahondar en detalles sobre esta iniciativa porque ayer era el momento de la despedida. El de las bienvenidas será más adelante, si el destino así lo quiere.