El Cartagena dio una lección de efectividad en el Ramón de Carranza al golear al Cádiz 1-3 y demostró que existe una gran diferencia entre este conjunto titular que derrotó a los andaluces a domicilio y el que cayó en Salamanca el pasado miércoles en la Copa y que estaba repleto de suplentes.

El bloque albinegro fue un equipo con mucha pegada y si no es por la incertidumbre que merodeó al equipo tras el tanto de Toedtli en el minuto 80, habría cuajado un encuentro bastante más redondo. No obstante, el Cartagena supo aguantar las acometidas de su oponente en el primer tiempo y con el tanto de Víctor, recién iniciado el segundo tiempo, terminó por certificar un triunfo que le ayuda a recuperar la segunda posición de la tabla clasificatoria, empatado a puntos en la misma con la Real Sociedad.

Las dudas en defensa de los primeros 45 minutos fue el lunar de un conjunto que quiere dar sentido a su juego, que echa el balón al suelo y pretende exprimir al máximo los recursos de sus jugadores.

En los dos últimos encuentros los rivales del Cartagena han empezado a cogerle la medida a este equipo. El Cádiz, como ocurría hace una semana con el Villarreal B, supo maniatar el centro del campo del bloque albinegro para impedir la salida controlada del balón. Aunque el bloque dirigido por Juan Ignacio Martínez tenía más el balón, el peligro era menos que aparente, porque el Cádiz prefería esperar, robar y salir rápido a la contra. La defensa de los visitantes estaba echa un flan. El flanco derecho, defendido por Txiki, fue un auténtico coladero para que Raúl López y López Silva se colaran cuantas veces quisieran por la banda y crearan ocasiones de auténtico peligro en el portal defendido por Rubén. Los centrales -Cygan y Pablo Ruiz- no podían con un hiperactivo Ogbeche, que tocaba en el origen y remataba en el final. Hasta tres claras ocasiones de gol gozó el envalentonado conjunto amarillo, pero unas veces el portero del Cartagena -en un mano a mano con Enrique- y otras la falta de tino -dos cabezazos del nigeriano- impidieron a los gaditanos adelantarse en el marcador.

El Cartagena aprovechó la máxima que dice que el que perdona pierde y en dos fogonazos se puso con un fantástico marcador antes de irse al vestuario.

En una contra bien llevada por Longás, el balón caía al lateral del área para Toché que, de disparo raso, fusilaba a Casilla para hacer el primer tanto del partido en el minuto 32. Habían tenido que pasar 293 minutos para ver un gol del Cartagena en la Liga. Con el tanto, al Cádiz empezaron a temblarle las piernas y los albinegros se crecieron. Tanto que la presión pasó a ejercerla el bloque de la ciudad portuaria.

Supo sacarle mucho partido el conjunto de Juan Ignacio al bajón de su oponente para hacer el segundo gol al filo del descanso. Un gran pase de Víctor lo recogía De Lucas, para culminar con una jugada individual al marcharse de su marcador y fusilar al portero unos segundos antes de que el colegiado decretase el final de la primera parte.

Mejor no se le podía dar a este Cartagena tan intenso como efectivo en esta oportunidad.

Pero si el tanto de De Lucas fue un mazazo para el Cádiz, el de Víctor, recién iniciado el segundo tiempo, apuntó directamente a la línea de flotación de los locales. El veterano delantero aprovechó un cabezazo de Cygan, tras un saque de esquina, para meter el tercero y terminar de desquiciar a los andaluces.

Tan pronto anotó el Cartagena que el partido parecía ya prácticamente sentenciado, porque el Cádiz no sabía o no podía atacar con cierto criterio a la defensa albinegra.

El preparador del Cádiz introdujo a los delanteros Toedtli y Diego Tristán para buscar la luz en un ataque oscuro. Los minutos pasaban y el Cartagena campaba a sus anchas, tanto que incluso pudo meter el cuarto y acabar con una goleada para la historia. Sin embargo, los de Juan Ignacio se fueron acomodando sabedores que los tres puntos estaban en su casilla y se encontraron con un tanto de Toedtli en el minuto 80, que les hizo pasar serios aprietos en los últimos diez minutos de la contienda.

Con patadones y sin apenas sentido del juego, los minutos pasaron y el bloque cartagenero consiguió aguantar las acometidas de su rival para certificar su segundo triunfo a domicilio y acumular ya 15 puntos.