Molina de Segura también se contagia de la fiebre de Pokémon. El parque de San Roque recibía ayer a entusiastas jóvenes -y algún que otro vecino no tan joven-, quienes, móvil en ristre, apuntaban con sus ´pokeballs´ para intentar cazar un pokémon. No en vano, la chimenea Huerto Fayrén que preside esta zona del molinense barrio de San Roque se había convertido en la tarde ayer en una ´pokeparada´. O lo que es lo mismo: un punto de encuentro al que acudieron decenas de cazadores de pokémon, los amantes de este juego de realidad aumentada que se ha destapado como un fenómeno de masas en todo el mundo.

Se trata de la primera quedada del barrio de San Roque, organizada por la Asociación de Vecinos del propio barrio, quien convocó a los cazadores y también entrenadores a través de las redes sociales bajo el título ´Pokeparada Chimenea Huerto Fayrén´.

El parque reunía varios cebos, como así se llaman los módulos que atraen la presencia de pokémons y que sólo pueden ser vistos por quienes andan provistos de este juego. Por lo que los jugadores, congregados entre amigos, se lanzaban hacia ellos para intentar capturar sus codiciadas presas.

El festivo acto contó además con la exhibición de un grupo de break dance de Molina, los Outsizers, que amenizaron la velada. También hubo ´tapas de pokémon´, como así quisieron agradecer los organizadores a los jugadores su presencia en el parque de San Roque.