Los designios profesionales de su padre y -después- de su esposo han convertido a Araceli Reverte en una artista trotamundos. Nació en 1964 en Lima (Perú), estudio Ciencias Biológicas en Madrid, y a continuación asistió a la Escuela Massana de Barcelona y a la Universidad de Bellas Artes de Praga. Desde hace más de doce años reside con su familia en Murcia, ya que sus orígenes son murcianos: es nieta del célebre profesor de Geografía e Historia Isidoro Reverte Salinas y prima de Javier Bernal, director del Museo de Bellas Artes de Murcia.

Su primera exposición individual se celebró en la galería Centrum de Bratislava (Eslovaquia) y en Murcia nos descubrió su creatividad en 2004 con una primera muestra que tituló Paisaje urbano; desde entonces su trabajo evoluciona ascendentemente a través de constantes investigaciones que la autora aporta a sus obras.

En esta ocasión, presenta en la galería Chys de Murcia su propuesta Obra reciente, colección de treinta cuadros que conforman una gran diversidad de técnicas. Aparecen óleos, elaboraciones mixtas, dibujos a tinta sobre papel, acuarelas -casi- monocromas con la intervención de delicados trazos de grafito, acuarelas y collage. La muestra incluye dos insólitos trabajos, que podríamos calificar de pintura-escultura en papel: dos cabezas de caballo realizadas con técnica mixta y collage, ideadas con infinitas capas superpuestas de cartón pluma junto a diferentes tipos de papel en variados gramajes y texturas. El experimento es interesante e innovador.

La sala de exposiciones de la galería Chys, donde se cuelgan las últimas invenciones creativas de Araceli, está presidida por unos versos que ella ha elegido de un poema de Rubén Darío: «Y la vida es misterio, la luz ciega/ y la verdad inaccesible asombra;/ la adusta perfección jamás se entrega,/ y el secreto ideal duerme en la sombra». La poesía queda muy cercana e interrelacionada con la creación pictórica de esta artista.

Explica la pintora que «las obras que integran la muestra han sido ejecutadas durante los últimos dieciocho meses, y en ellas se agrupan temas muy distintos, desde los paisajes solitarios a figuras de desnudos femeninos y retratos en acuarela».

Las pinturas de Araceli Reverte no quedan 'terminadas' intencionadamente, porque la artista intuye que la insinuación visual resulta más atrayente que la evidencia consumada. «Mi pintura -apunta- es algo misteriosa. Me agrada jugar con la visión que puede percibir quien observa el cuadro, porque me interesa que sea el mismo espectador-autor quien mire y termine la obra».

La pintora poetiza sigilosamente con el pincel y va elaborando fragmentos sintetizados de cuerpos y paisajes que obedecen a la manera que ella entiende el arte contemporáneo, conexionado con el lema 'less is more' (menos es más), atribuido a la aportación del arquitecto y diseñador industrial Mies van der Rohe. Fluyen dispares los referentes artísticos que rezuman los personalísimos cuadros de Reverte, pero también encontramos la soledad que sentía una niña adolescente cuando visitaba, durante los veranos, la casa de sus abuelos en la playa de Bahía, en el Puerto de Mazarrón. Aún conserva Araceli en las retinas de sus ojos aquellas aguas azules, densas por el reflejo de la luz de agosto, que ella sentía mientras su imaginación volaba.

La treintena de obras, podrían ser nuevos capítulos pintados de La insoportable levedad del ser, de aquella imprescindible novela escrita por Milan Kundera y publicada en 1984. En las pinturas y dibujos descubres 'luces y noches' y una intermitente soledad y una reflexión sobre el por qué de la existencia. «Un guerrero de la luz usa la soledad, pero no es usado por ella», pensaba Paulo Coelho. Las pinturas de Obra reciente contienen luz, anocheceres y soledad, pero con sedimentos líricos.