Ian Anderson presenta en concierto Jethro Tull: The Rock Opera. Hace 40 años, muchos adolescentes se fumaban sus primeros porros escuchando Thick as a Brick, de Jethro Tull. Ian Anderson es una figura singular e irrepetible en el marco del rock clásico, que se reinventa en cada gira, siguiendo su propia filosofía: «Soy muy viejo para el rock, pero muy joven para morir».

El flautista de la silueta más reconocida es uno de los personajes más curiosos e imaginativos que ha dado la historia del rock. Jethro Tull siempre fueron por libre, fundamentalmente debido al tremendo, poliédrico y polifacético talento lírico y musical de Anderson. Tal vez no fueron tan conocidos como los Stones o los Beatles: la radio no programaba con frecuencia sus canciones de 12 minutos, ni tampoco Anderson tuvo una vida sexual escandalosa al estilo Bowie.

Pero sus contemporáneos siempre lo vieron como el virtuoso del rock, el 'poeta loco'; aquel que podría convertir la música barroca en rock y adornarla con poemas tan virtuosos como para hacer una apología a Jack Kerouac y los beats.

Ian es un tipo capaz de llevar al terreno del rock una pieza de Bach, de ser bufón y juglar sobre el escenario, uno de los pocos hombres y nombres del llamado rock progresivo que nunca se puso pesado, y además con una lengua viperina, irreverente y sardónica.

Jethro Tull suspendió actividades en el 2011 y ahora Ian Anderson opera en solitario bajo las marcas Jethro Tull's Ian Anderson o The Best of Jethro Tull. Jethro Tull: The Rock Opera es un espectáculo digital en el que se pregunta cómo sería hoy la vida del agricultor que le dio el nombre a la banda.