Dice que para crear una historia piensa en lo que a él le gustaría ver en televisión y parece que con Los protegidos ha dado en el clavo, porque ya va por la segunda temporada y engancha cada domingo en Antena 3 a más espectadores. No es la única serie en la que ha trabajado este joven guionista murciano -Génesis y Acusados, entre otras-, que hace unos días impartió un taller en el instituto Loustau de Murcia para explicar a los escolares cómo se hace un buen guion y como aunar talento con imaginación.

Dice que ha tenido mucha suerte para llegar a trabajar en televisión, ¿cómo comenzó?

Yo no tenía formación de guionista, pero un amigo me convenció para ir a unas pruebas para una serie de Telecinco y me cogieron; así empecé. Siempre hay un componente de suerte, porque tienes que dar con la productora adecuada y pasar las distintas pruebas.

¿Entonces para ser guionista hay que tener más imaginación que preparación?

Está claro que la formación siempre es importante y no viene mal, pero sin talento no llegas muy lejos. Yo siempre estaba en las nubes pensando historias y así me he ido preparando. Andar dos kilómetros del colegio a casa mientras vas imaginando historias creo que de niño me ayudó mucho.

¿Qué se necesita para hacer un buen guion?

Lo primero es una buena idea, que a veces es difícil de encontrar y, después, no estropearla durante el desarrollo y

que los espectadores quieran a los personajes.

¿Y no es difícil mantener la expectación cuando se superan varias temporadas? ¿Por qué La chica de ayer sólo duró una y Acusados fue un éxito?

Es difícil porque hay mucha competencia y tienes que mantener el misterio y es un riesgo no decepcionar cuando se va resolviendo, pero también es muy divertido inventar barrabasadas de los personajes e ir enlazando historias.

De Los protegidos fue el creador y ahora guionista, ¿cómo surgió la historia?

Comenzamos Ruth García y yo, que solemos trabajar juntos, con una idea muy general. Estaba acabando otra serie y pensé en alguna historia que me gustaría ver a mí y pensé en esta ‘familia’ que era un tanto inusual. La idea se la vendimos a la productora Ida y Vuelta, le gustó y el proyecto fue creciendo.

¿Qué poder de los personajes de Los protegidos le gustaría tener?

Pues creo que el más curioso es el de Lucas; me gustaría saber qué se siente en otros zapatos.

¿En qué zapatos?

No sé, ser mujer o ser niño otra vez o hasta en los de Brad Pitt si pudiera.

¿Cómo definiría al espectador de televisión español? ¿Qué le gusta?

Pues cada uno es de su padre y de su madre y no se puede cuantificar, pero creo que es un público al que le gusta mucho la risa y el llanto... emocionarse con las historias. También le gusta el misterio y la acción, pero las cosas desagradables le gustan menos. El sexo y el erotismo funciona siempre muy bien, y suelen servir de gancho para cualquier serie.

¿En Acusados contó con Blanca Portillo, en La chica... con Ernesto Alterio, ¿suele tener en cuenta qué actores querría para sus historias cuando se sienta a escribir?

Hay veces que ayuda a pensar en actores, aunque pienses en intérpretes extranjeros. Para Acusados no había otra opción que Blanca, pero en La chica de ayer no estaban elegidos... Creo que sí viene bien tener en la mente a los actores.

En una entrevista eligió El ala oeste de la Casa Blanca como su serie preferida, ¿por qué?

Porque me encanta la política y esta serie es maravillosa, está fenomenalmente escrita y dirigida y los actores trabajan muy bien. Además, a los espectadores, cuanto más hay en juego en una trama, más nos gusta, y en esta está en juego el destino del mundo. También une muy bien el drama y la comedia... está muy bien.

¿Ve mucho la televisión?

En directo, no. Suelo ver las series en DVD, pero en directo me cuesta mantener esa disciplina.

Es curioso, para usted será un éxito que los espectadores sí mantengan esa atención por una serie...

La verdad es que me parece un milagro que la gente se quede en casa por una serie, que antes de salir con amigos estén tan interesados en una trama y se lleguen a implicar con personajes que son de mentira. Es impresionante que los espectadores lleguen a quererlos y que piensen que son como reales.

¿Le gustaría dar el salto al cine?

El cine en España es muy complicado y la mayoría de guiones los hace el director sin contar con un guionista. Es muy difícil entrar en este mundo porque se hacen pocas películas y no hay mucha industria, pero sí me gustaría; yo comencé con el cine, viendo muchas películas. Sí es un trabajo muy distinto, porque en la televisión escribes y enseguida estás rodando y en el cine pueden pasar años.