A sus 76 años, Leonarda Andreu Gutiérrez es todo un ejemplo de mujer coraje. Se enamoró muy joven de José Caparrós, de profesión minero. Se casaron y tuvieron siete hijos, uno de los cuales murió en el parto, todos nacidos «en casa, porque antes no había dinero para hospitales». Y entonces, cuando ella sólo tenía 35 años y cinco bocas que alimentar, la silicosis acabó con José. «Al día siguiente de faltar mi marido, ya no tenía para darle leche a mis hijos», confiesa Leonarda. Tuvo que dejar a un lado la tristeza para ponerse a trabajar y sacar adelante la familia. Su marido nunca le contaba cómo era su trabajo en la mina, «no quería preocuparme y yo, cada vez que se iba a trabajar, lo esperaba sin saber si volvería».