Cada vez son más las personas no profesionales que hacen inmersiones y practican submarinismo. Así concluye un análisis elaborado por Creu Blanca, grupo de centros médicos especializados en prevención, diagnóstico y tratamiento de la salud, en base a las solicitudes que reciben para obtener el certificado médico necesario para esta actividad.

"Se han experimentado varios cambios en lo que refiere a este deporte en los últimos años", explican los responsables de Creu Blanca. "En 2017 los certificados realizados duplicaban los emitidos en 2016 y creemos que en 2018 la tendencia seguirá siendo al alza; además, ha aumentado el número de mujeres que los solicita y de personas jóvenes".

Para poder bucear es necesario tener un estado de salud correcto acreditado con un certificado médico para buceo. Por eso todo buceador que vaya a someterse a un ambiente hiperbárico, ha de superar un examen médico realizado por un médico especialista en actividades subacuáticas. Este certificado médico tiene una validez de dos años.

"Como toda práctica deportiva -explican desde Creu Blanca- el buceo ya sea como hobby o de manera profesional, entraña unos riesgos para la salud, que con la pertinente revisión médica se reducen considerablemente".