Un conductor de autobús que hacía el recorrido entre Madrid y Murcia fue interceptado por la Guardia Civil tras quintuplicar la tasa de alcohol en sangre, al dar en el segundo test un positivo de 0,77 miligramos por litro en aire aspirado cuando la permitida es de 0,15.

Fue el sábado por la tarde cuando se detectó al conductor a la altura del kilómetro 48 de la A-3, en una gasolinera la altura de la localidad madrileña de Villarejo de Salvanés. Al parecer, los pasajeros del autobús, de la compañía ALSA, se percataron de que el conductor no manejaba el vehículo en las debidas condiciones.

Finalmente, lograron que parara en la gasolinera, a 48 kilómetros de Madrid, para comprar agua, momento que aprovecharon los pasajeros para llamar al 112, que a su vez contactó con la Policía Municipal y con la Guardia Civil.

Los agentes de ambos cuerpos acudieron hasta el lugar y la Guardia Civil de Tráfico le realizó la prueba de alcoholemia. En el primer test, el hombre dio 0,81 y en el segundo, que es el válido, 0,77.