A Manuel López Bernal le sorprende «que la preocupación de una asociación de Madrid sea que un fiscal de Murcia tale pinos en su casa». Se refiere a lo que acontecía en marzo de 2016, cuando un colectivo llamado Asociación Justicia y Libertad le denunció por los delitos de tráfico de influencias, contra la ordenación del territorio y falsedad documental, por la construcción de su casa y por la adjudicación de un contrato a su hija. Esta querella quedó en nada, pero el fiscal superior saliente la recordaba ayer como ejemplo de las «falsedades» que, según asegura, ha soportado en su década en el puesto.

No sólo falsedades: también «insultos», aseguraba en sus intervenciones en los numerosos medios de comunicación que ayer querían hacerse eco de las primeras impresiones de López Bernal tras hacerse oficial que no seguirá como fiscal jefe de Murcia.

«Es muy duro lo que estamos viviendo los fiscales», apuntaba. A su juicio, hay personas que actúan contra ellos «como la mafia tipo años 20».

«Yo, cuando hablo de presiones, hablo de una cosa distinta, y me refiero cuando se producen descalificaciones públicas por parte de miembros de algún partido político», señalaba. En su opinión, estos miembros de partidos «no hacen ningún favor a la democracia y resultan simpáticos por mucho que pretendan».

«Como ciudadano», López Bernal opinaba que las responsabilidades políticas y penales no se deberían hacer «coincidir». «Si las responsabilidades políticas van a terminar llegando cuando se dictan sentencias condenatorias, yo no lo llamaría responsabilidades políticas», argumentaba.

López Bernal apostillaba que él había pedido seguir en el cargo porque quería continuar «unos años». No obstante, asume su relevo, y se deshace en elogios hacia su sucesor, José Luis Díaz Manzanera. «Compañero, amigo y buen fiscal», dice de él.

Al ser preguntado por la posibilidad de que su labor como fiscal superior de la Región persiguiendo casos que afectan al estamento político haya podido ser trascendente en su relevo, López Bernal explica que es algo que él no sabe ni puede asegurar, de forma que habría que preguntárselo al fiscal general del Estado, «que es quien hace la designación».

«Una coincidencia»

No obstante, entiende que su labor no ha tenido influencia en su relevo, «porque si las cosas funcionan así, mal vamos». Por ello, achaca a una «coincidencia» el hecho de que su sustitución se haya producido en este momento. «Hasta donde mi información alcanza, no tiene nada que ver una cosa y otra», zanjaba.

Sea como sea, López Bernal volvía a defender ayer que existen argumentos de sobra para procesar a Pedro Antonio Sánchez en el caso Auditorio porque, en caso contrario, no hubiera presentado la querella contra él. En cuanto a los que insinúan que hay razones personales en esa querella, el fiscal saliente aclaraba que él nunca ha tenido el gusto de «tropezarse» con el presidente, salvo en algún acto oficial en el que se han tratado «con cordialidad».

«Que se haya dicho que mi mujer ha tenido que ver con esa querella es simplemente indigno y de canallas», aseveraba. En este sentido, rememoraba que la causa se inició por un miembro del PSOE de Puerto Lumbreras con una denuncia a la Fiscalía.

La oposición entera lamenta su salida

Los tres grupos de la oposición (C's, Podemos y PSOE) defendieron ayer la labor de López Bernal en su lucha contra la corrupción y criticaron la presión a la que le ha sometido el PP. Por su parte, el PP dijo que ha habido 80 cargos populares «que han sido denunciados y perseguidos para ser declarados inocentes», luego.

El secretario general del PSRM-PSOE, Rafael González Tovar, cree que López Bernal ha sido «cesado» con el objetivo de «salvar» al presidente Sánchez.

Óscar Urralburu, líder regional de Podemos, apunta que el relevo llega «en el peor momento».

Por su parte, Miguel Sánchez, de Ciudadanos, ha criticado la actitud del PP, que lleva «muchísimo tiempo persiguiendo» a López Bernal cuando lo que hay que hacer es «ampararlo y protegerlo».