Una cuarta parte de los trabajadores de la Región -unos 135.000-, principalmente de los sectores agrícola -de invernadero- y de la construcción, tienen riesgo de padecer estrés térmico, que en su fase más aguda puede terminar en lo que se conoce como un 'golpe de calor'.

Las elevadas temperaturas que se alcanzan en la Comunidad durante el verano han llevado a la consejería de Desarrollo Económico, Turismo y Empleo, a través del Instituto de Salud y Seguridad Laboral (ISSL), a poner en marcha una campaña para prevenir estos riesgos laborales.

10.000 folletos editados en varios idiomas, sobre todo en castellano y árabe, que explican lo que es el estrés térmico, con los síntomas y consejos para evitarlo, se han repartido entre los colectivos más afectados, como empresas y organizaciones agrarias, patronales de la construcción y los sindicatos UGT y CC OO.

El consejero Juan Hernández se mostró convencido de que «el mejor método para evitar los riesgos para la salud laboral es adelantarse con los medios técnicos y documentales» y argumentó que en la Región «hemos pasado de 48 trabajadores afectados por estrés térmico en 2003 a 8 el pasado año».

«Y eso que julio de 2015 fue, según los datos de la Aemet, el más caluroso de los últimos 40 años», apuntó. En lo que llevamos de verano no se ha registrado, de momento, ningún caso.

La Consejería y el Instituto se han propuesto formar a todos -trabajadores, empresarios y delegados de riesgos laborales-, y concienciarles de la importancia de la prevención.

«A veces chocamos con las tradiciones culturales, puesto que es aconsejable vestir ropa lo más amplia posible y de color claro, para permitir la ventilación», indicó. Tejidos como el algodón son los más aconsejables.

Desde la consejería de Sanidad, el director general de Salud Pública y Adicciones, Manuel Molina, insistió en el mismo mensaje, y comentó que hasta el momento, y desde el 15 de mayo, los servicios sanitarios habían atendido medio centenar de casos por exceso de calor. «Ninguno fue grave», comentó.

La mayoría fueron lipotimias por exceso de sudoración y bajada de la tensión, en los días de más calor.

«Un aspecto muy importante que no se debe olvidar es la hidratación muy continuada, aunque no se tenga sed, que compense la sudoración; así como hacer pequeños descansos no muy espaciados en el tiempo, como cada una o dos horas», matizó.

Ponerse gorras o sombreros y manga larga para evitar quemaduras, también es aconsejable para prevenir insolaciones.

Molina también destacó que para evitar llegar al caso extremo de sufrir un golpe de calor, se tiene que hacer caso de los signos de alarma, que enumeró por fases como: sudoración excesiva que provoca calambres musculares; le siguen mareos y síncopes, si no se hacen descansos en lugares frescos; y, por último, la extenuación con un cuadro extremo.

De estos casos más graves, en la Región se han producido entre 2 y 4 de media en los últimos cinco años, señaló el director general.

Estudio

El ISSL, que dirige Leopoldo Navarro, ha realizado acciones informativas de sensibilización sobre medidas preventivas para evitar golpes de calor, con especial incidencia en los trabajos en los que la exposición solar es más frecuente como el sector agrícola, la construcción y el sector servicios.

Durante los meses de verano, cuando los inspectores visitan empresas agrícolas o de construcción, les asesoran directamente sobre el riesgo de exposición a elevadas temperaturas y las medidas que deben adoptar, indicaron.

Asimismo, el Instituto realizó un estudio en el sector agrícola el año pasado del que extrajeron como conclusiones que en el 60% de las mediciones realizadas, la humedad relativa en el interior de los invernaderos es superior a la registrada en el exterior.

Además, en el 80 por ciento de los casos se encontró que la vestimenta era adecuada, salvo en el caso de las mujeres «por razones socioculturales».