Los familiares de Fernando Martínez y Javier Moreno, los dos murcianos fallecidos en el accidente del avión en los Alpes franceses en el que el martes murieron 150 personas, pasaron el día de ayer en un hotel de la localidad de Castelldefels, en Barcelona, a la espera de saber si los restos de sus seres queridos son identificados y pueden volver con ellos a sus localidades.

Saben que es difícil, pero ayer todavía se agarraban a la esperanza de conseguir, al menos, unos restos a los que poder enterrar y llorar.

«Yo de aquí no me voy sin mi hermano, no vuelvo a mi casa hasta que no me lo lleve conmigo, como si tengo que esperar dos semanas o dos meses, me da igual», así de claro hablaba ayer Javier Martínez Rubio, hermano de Fernando, padre de familia de Águilas de 35 años, que viajaba a Alemania para comprar un camión que pudiera servir para el trabajo en las Pastelerías Kati que su familia regenta en Calabardina y en Águilas.

Javier estaba ayer en el hotel con su madre, su cuñada, su otro hermano y otros familiares directos. Todos juntos intentando buscar consuelo en lo ocurrido. «Estamos desolados, apenas hemos dormido. No sé ni como estoy», acertaba a decir entre lágrimas Javier recordando el suceso.

Junto a ellos, en el hotel también había familia directa de Javier Moreno, tío político de Fernando, que viajaba en el avión para acompañar a su sobrino y asesorarle en la compra del vehículo. Según explicó ayer el alcalde de Lorca, ciudad en la que vivía este camionero de 43 años, la mujer se ha quedado en la Región por recomendación de los psicólogos, aunque el consistorio lorquino le ha ofrecido un coche para que se desplace en el momento que lo necesite.

Todos los familiares que se encontraban ayer en Barcelona tienen previsto coger esta mañana un vuelo especial fletado para las víctimas hacia Francia acompañados por psicólogos. Allí se instalarán en Seyne-les-Alpes, la zona en la que se produjo la catástrofe aérea que causó 150 muertos, 51 de ellos españoles.

Desde que el martes por la noche los murcianos llegaron a Barcelona han recibido el apoyo emocional de psicólogos que la Generalitat catalana y el Gobierno han puesto a disposición de los familiares. «Nos están ayudando mucho, los psicólogos y todo el mundo, de eso no podemos quejarnos», afirmaba Javier Martínez, muy afectado.

Entre los duros tragos que tuvieron que pasar ayer las familias estuvo la reunión con el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, y el consejero delegado de Germanwings, Thomas Winklemann.