El árbol junto al que cayó desplomado el joven colombiano de 23 años Bryan Andrés Pino Canelo, que murió acuchillado en la madrugada de ayer en el parque de la Compañía de Molina de Segura, se convirtió en un improvisado altar en el que los amigos y familiares del chico le rindieron homenaje colocando flores y velas, grabando el nombre y pegando un cartel con una foto de la víctima. Y es que desde las cuatro de la madrugada, cuando fue retirado el cadáver del lugar, y durante toda la jornada de ayer varias decenas de compatriotas y de amigos españoles de Bryan permanecieron en el lugar para recordar a un joven al que calificaban como «muy trabajador y buena persona». Ninguno de los jóvenes que se encontraban en el parque se explicaba los motivos que llevaron al agresor a atacar al chico con un cuchillo de cocina y su mayor preocupación era saber si iban a poder velar el cadáver en el tanataorio una vez que se le realice la autopsia.