Un grupo de doscientas personas entre sacerdotes, religiosas y laicos cristianos de la Diócesis de Cartagena se concentraron ayer a las puertas del Palacio Episcopal para protestar contra el sistema bancario que a día de hoy continúa realizando desahucios a las familias murcianas y reclamar al obispo, José Manuel Lorca Planes, que se una a ellos en su lucha y firme el manifiesto En el nombre de Dios, ¡basta ya de desahuciar y empobrecer a las familias! la persona es lo primero. En opinión del sacerdote Joaquín Sánchez, que está siempre al frente de las acciones contra los desahucios, la Diócesis «mantiene su posicionamiento de retaguardia y entendemos que se debe estar en primera línea defendiendo a los empobrecidos».

Según comentó, la Diócesis estaba al corriente de dicho acto y, aun así, «mantiene su silencio y cada uno que lo interprete».

El grito: «En el nombre de Dios pedimos que basta ya de desahuciar familias», fue pronunciado por Sánchez, quien asegura que «nos duele que los obispos no hagan un pronunciamiento claro de la codicia y avaricia de los banqueros; un silencio que es cómplice y eso es muy duro».

Al hilo, tuvo palabras para el papa Francisco, «que es un aire fresco que ha llegado y que dice que el capitalismo es malo por sí mismo, porque se basa en la codicia y quiere un reparto justo de la riqueza», enfatizó Sánchez.

Distintas voces presentes en este acto leyeron el manifiesto, una continuidad del que ya se presentó hace más de un año, en el que se pide que cesen los desahucios y se denuncia el sistema capitalista «que hace sufrir a miles de familias».

Y es que, advirtió, «la situación está peor», por lo que ha pedido «un mundo más justo y, en el nombre de Dios, pedimos a los banqueros que no empobrezcan más a las personas, que son lo primero». Tras poner como ejemplos casos de familias de la Región que no tienen ni para comer y que lo están pasando mal, alertó que «las ayudas y las prestaciones se están agotando y no hay trabajo, sino más pobres y más intensos. Los brotes verdes no existen», sentenció Joaquín Sánchez.

En el manifiesto difundido se incluye el reclamo de este grupo de personas a que «se abandonen estas prácticas y sean un servicio a la sociedad, facilitando el pago de la vivienda, paralizando los procesos judiciales de desahucios, fomentando la dación en pago y la condonación y el alquiler social, y estableciendo comisiones razonables e incluso eliminando algunas».

Recuerda el texto que «los bancos, con la complicidad de muchos políticos con responsabilidad de gobierno, han sido los causantes de esta crisis, sin asumir responsabilidad alguna. En cambio, las víctimas de ella, trabajadores, pensionistas, empleados públicos, enfermos, enfermos mentales y psíquicos, discapacitados, personas mayores, autónomos, pequeños empresarios?, han sufrido las consecuencias de comportamientos de avaricia, codicia, poder, ambición y crueldad». Por estas razones creen los sacerdotes firmantes que deben tener una mayor sensibilidad con las familias con problemas; a las que «se les ha arrebatado el futuro, y el presente es un infierno».

Insiste el texto en que «todo el sistema financiero ha recibido, de una manera directa o indirecta, miles de millones de euros en concepto de rescate financiero, lo que ha provocado que nuestro país se endeude aún más por su codicia». Por esto, además de frenar los desahucios, mantiene el texto que los bancos «tienen la responsabilidad de devolver ese dinero público para que se invierta en sanidad, educación y política social».