La banca deberá aportar un máximo de 4.000 millones de euros al comprador del Banco de Valencia, intervenida por el Banco de España por sus graves problemas de solvencias. Así figura en el cuaderno de venta que el banco de inversión Nomura ha repartido a instancias del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) entre los posibles interesados en comprar la entidad, entre los que destacan Banco Mare Nostrum y Banco Popular.

El proceso de adjudicación del Banco de Valencia contempla un esquema de protección contra pérdidas futuras sobre una cartera de activos de 6.000 millones de euros, lo que supone el 27% del total de la cartera crediticia de la entidad.

Las primeras pérdidas que registre la entidad serán cubiertas por las provisiones constituidas por Banco de Valencia por importe aproximado de 1.000 millones de euros, por lo que dicho esquema de protección de activos (EPA) se constituye sobre 5.000 millones.

El Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que se nutre de las aportaciones privadas de las entidades financieras, cubrirá el 80% de las pérdidas sobre dicha cartera de 5.000 millones, lo que supone un total de 4.000 millones de euros.

Actualmente, el FGD cuenta con recursos de apenas 2.000 millones de euros, la mitad de lo que va a ser necesario para culminar el rescate del Banco de Valencia, por lo que el Banco de España y el Gobierno negocian a contrarreloj con la banca.