«¡Ánimo, Simón!». Es el grito que se escuchó, seguido de una ráfaga de aplausos, cuando el alcalde de Aledo salió por la puerta del Ayuntamiento minutos antes de las nueve de la noche tras haber pasado más de 12 horas en el interior del Consistorio en compañia de los agentes judiciales y de la Guardia Civil que procedieron el registro de las dependencias municipales.

Con un rostro que mostraba cierto cansancio, pero esbozando una sonrisa y saludando, el primer edil entró en el vehículo que le dirigiría al cuartel de la Guardia Civil de Murcia. Salía en calidad de detenido, pero sin ir esposado, y encontró el respaldo de una decena de vecinos que aguardaron su salida, en algunos casos durante varias horas.

Anteriormente, abandonó el Consistorio la secretaria del Ayuntamiento, Rosario Hita, quien también lo es del de Villanueva del Río Segura. Igualmente está detenida, aunque tampoco se le pusieron grilletes.

«Suponemos que esta investigación está relacionada con lo ocurrido en Librilla dentro del marco de la Operación Biblioteca, pero habrá que esperar para saber qué delitos se están investigando en este caso concreto», apuntaron tanto José María Caballero, abogado que representa a Rosario Hita, como Fermín Guerrero, cuyo cliente es Simón Alcaraz. Este letrado expuso que «antes de 72 horas sabremos más» y dijo en nombre de su representado que éste siente «malestar por la situación familiar» que le toca vivir.

Con relación a la secretaria municipal, Caballero señaló que estaba «tranquila porque no hay motivos para no estarlo, pero con la incertidumbre que genera esta situación, que no es agradable».

Entre la salida de la secretaria y la del alcalde, los agentes policiales introdujeron en una furgoneta 11 cajas llenas de documentos y el disco duro de un ordenador de sobremesa, material que será analizado en profundidad durante los próximos días. De hecho, ayer solo hubo registro y no toma de declaraciones, algo que llevará al alcalde al Juzgado de Instrucción número 6 de Murcia.

Malestar al ver la puerta cerrada

La larga jornada de ayer transcurrió con la única puerta del Ayuntamiento abriéndose y cerrándose con sigilo y con el carillón de la torre de la iglesia de Aledo como testigo marcando las horas y los cuartos.

Una de las consecuencias del registro llevado a cabo en el ayuntamiento de Aledo fue el malestar que este hecho causó en algunos vecinos de la localidad, que acudieron a las dependencias municipales por la mañana a resolver algunos trámites y debieron dar media vuelta al negárseles el acceso.