El frío que se vivió ayer en la ciudad de Murcia no frenó los ánimos de los miles de funcionarios que se concentraron a las puertas del Palacio de San Esteban, sede del Gobierno regional, para protestar por las medidas de ajuste aprobadas la pasada semana en la Asamblea regional. Los manifestantes -la mayoría de los sectores de Sanidad y de Educación- pidieron la dimisión del presidente de la Comunidad, Ramón Luis Valcárcel, al grito de «Valcárcel dimisión, por chorizo y por ladrón» y «Valcárcel, usurero, dónde está el dinero».

Convocados por los sindicatos CC OO, UGT, CSI-CSIF, Anpe, Satse y Sterm-Intersindical, a las once de la mañana cientos de ciudadanos se dirigieron hacia San Esteban, donde también estaban preparados más de una treintena de agentes antidisturbios de la Policía Nacional para evitar que se produjeran incidentes. Conforme pasaban los minutos el grupo fue creciendo y los ánimos se fueron caldeando, lo que hizo que se viviera algún momento de tensión entre los manifestantes de primera fila y los miembros del cordón policial, cuando los concentrados se abalanzaron sobre los agentes, intentando hacer presión.

Haciendo sonar las bocinas y silbatos pidieron que el presidente saliera a dar la cara, a la vez que coreaban «Ahí están esos ladrones que se llevan los millones». Algunos manifestantes del sector de la enseñanza portaban una pancarta en la que se podía leer ‘Los alumnos nos insultan, los padres nos agreden y Valcárcel nos roba’, mientras que otros miembros de la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública se colocaron a la cabeza con un cartel en el que se leía ‘Listas de espera, bajas y jubilaciones sin cubrir. ¿Esto no te afecta a ti?’.

Entre los asistentes estaba la portavoz de IU en el Ayuntamiento, Esther Herguedas, quien consideró que «la situación de indignación está justificada», mientras que el secretario de comunicación de CC OO, Antonio Rubio, dijo que «esta ley es un atropello y el Gobierno no saldrá de rositas». María Dolores Chacón, una funcionaria, señaló que «se tenían que haber recortado ellos, nosotros no podemos más», y José María Herrera, enfermero del Reina Sofía, afirmó que «con estas medidas 600 compañeros se irán a la calle y encima somos la Comunidad con el ratio más bajo de España».

La concentración frente a San Esteban acabó con huevos rotos en la fachada de la sede del Gobierno y los manifestantes cambiaron el curso de las protestas y se dirigieron hacia la plaza Fuensanta, para emprender desde allí una marcha por la Gran Vía, hasta la consejería de Economía y Hacienda. El momento más tenso se vivió cuando los funcionarios -4.500 según la Policía Local y más de 5.000 según los convocantes- llegaron a la casa de Valcárcel, aunque los agentes atravesaron un furgón policial en la puerta y una decena de antidisturbios rodearon la entrada. Frente a la vivienda los manifestantes protagonizaron una sentada, tiraron petardos e hicieron sonar pitos y bocinas, al tiempo que gritaban con los brazos en alto «Manos arriba, esto es un atraco», «En este piso está nuestro dinero» y «Como el Ramoncito, queremos un pisito». Tras unos minutos, los funcionarios y sindicalistas se dirigieron hacia la Consejería de Hacienda, donde terminó la protesta, dos horas y media después, con una cacerolada.