La consejería de Agricultura y Agua, a través de la dirección general de Ganadería y Pesca, ha aprobado lo que podría darse en llamar ´libros de la raza´ que nacen con un doble objetivo: por un lado, evitar la desaparición y, por otro, garantizar la pureza genética de tres especies en peligro de extinción en la Región, a saber, el chato murciano, la oveja murciano levantina y la gallina murciana, según informó a este periódico

el director general de Ganadería, Adolfo Falagán.

En la actualidad, y gracias a las ayudas que conceden las administraciones para la protección de las razas autóctonas, estas tres especies, cuya presencia hasta hace poco era casi simbólica, han multiplicado su presencia en las granjas de la Región aunque aún se encuentran en situación de riesgo de extinción y de hecho están incluidas como tales en el ´Catálogo de Razas de Ganado de España´.

Para garantizar que esta tendencia positiva de crecimiento se mantiene, la consejería de Agricultura ha aprobado las reglamentaciones específicas que han de cumplir los libros genealógicos de las tres razas. En la práctica, los que establece dicha normativa son las características físicas que cada especie debe cumplir para ser incluida en estos ´libros de la raza´. Es decir, los animales «deben responder al prototipo racial establecido», según recoge el decreto aprobado en Consejo de Gobierno.

Para ello, se recogen en un anexo del decreto las características de cada raza según las diferentes partes del cuerpo (cabeza, cuello, espalda, pecho, tronco, dorso, lomo, etc...) Estas reglamentaciones «se aplicarán a todos los titulares de estas razas que lo soliciten y cuyos animales cumplan los requisitos necesarios para que puedan ser incluidos en sus respectivos libros genealógicos».

Para llevar estos ´libros de la raza´, las asociaciones de criadores de animales de razas ganaderas oficialmente reconocidas que lo soliciten «deberán presentar el programa de conservación de la raza». Con ello se garantiza que el ganadero se compromete a colaborar con la Consejería en lograr la pervivencia de estas especies.

Las explotaciones a las que pertenezcan estos animales deberán estar inscritas en el Registro General de explotaciones ganaderas, figurar en el Registro de explotaciones colaboradoras de la raza y acreditar, al menos, la propiedad de una reproductora o de un reproductor. Una comisión gestionará el programa de conservación de la raza y será la encargada de llevar el libro genealógico de cada animal.

La elaboración de los libros genealógicos también permitirá a la Consejería verificar el número de animales de cada especie que se crían en la Región, según Falagán, y cuántas de las ganaderías se suman al programa de conservación de la raza. Según datos de la Consejería de 2009, existen 250 hembras reproductoras de chato murciano repartidas en explotaciones de Lorca, Bullas, Puerto Lumbreras y Murcia. No existen datos de las otras especies.