Harto de la situación y del «pitorreo» del Ministerio de Defensa, el soldado cartagenero Andrés Merino ha desistido de regresar a la puerta del departamento estatal para seguir exigiendo lo que la ley obliga a cumplir: que se le reconozca su minusvalía a raíz un accidente cuando era miembro de las Fuerzas Armadas y se le conceda una paga y le abonen las nóminas de los últimos cinco años, como recoge una sentencia del TSJ. No obstante, Merino no se quedará de brazos cruzados y ya prepara su próximo paso. «Esperaré a ver si cumplen el fallo y en caso contrario iré a las puertas de la casa de la ministra María Dolores de Cospedal en un autobús pintado para que se dé cuenta de la injusticia que están cometiendo», dice.