«Es un lujo poder embarcar en un crucero a escasos metros de casa». Así lo afirmó ayer Esperanza Díaz, una de las 17 personas que estrenaron la terminal de pasajeros de Cartagena. Viajaba con toda la familia, «porque es algo histórico que se pueda embarcar desde el puerto», dijo. De hecho, afirmó que su padre «dijo que ya no hacía más cruceros hasta que no salieran desde Cartagena, así que era una obligación venir». El presidente de la Autoridad Portuaria, Antonio Sevilla, quiso estar en la recepción de los nuevos pasajeros (ocho de los nuevos cruceristas perdieron el barco en Barcelona y tuvieron que cogerlo ayer en Cartagena). La familia de Esperanza logró otro hito: el primer embraque de un menor, el pequeño Mario.