Cartagena y su Puerto llevan conviviendo varios miles de años en una historia común e inseparable y por tanto, ambos han participado unidos, en sus esplendores y en sus declives, por lo cual, ambos siempre han condicionado sus propias vidas y sus transformaciones, a las necesidades comunes de supervivencia.

Nadie puede poner en duda, que la configuración urbanística de Cartagena siempre ha estado condicionada a las necesidades portuarias, tanto civiles como militares. Nuestra ciudad, como Capitanía General y Base Militar Naval, ha estado condicionada en sus posibilidades de crecimiento urbanístico y en las actividades civiles portuarias, y por tanto, éstas han tenido muy reducidos sus espacios de crecimiento.

Ahora, las necesidades y las estrategias han cambiado y la Autoridad Portuaria ha sabido iniciar un largo camino beneficioso para sí misma y la ciudad donde se ubica.

En los últimos años, las dársenas portuarias de Cartagena son las más rentables de todos los puertos españoles y por tanto, aportamos parte de nuestros beneficios al organismo público Puertos del Estado con el fin de, solidariamente, compensar las inversiones y las pérdidas de otros puertos. Parece incomprensible, que siendo el puerto más rentable y generoso, aún no cuente con conexiones y servicios ferroviarios, tan necesarios para su consolidación y desarrollo. Dada la falta de interés por parte del Gobierno central y del autonómico para dotarnos de dichas instalaciones ferroviarias, tiene que ser nuestra Autoridad Portuaria la que tome la iniciativa de invertir parte de los beneficios generados en Cartagena para modernizar la anticuada línea férrea regional de Madrid a Cartagena, que nos permitiría conectar nuestras instalaciones portuarias con las posibles exportaciones de las comunidades autónomas de Madrid y Castilla La Mancha, actualmente derivadas a nuestros competidores.

La Autoridad Portuaria de Cartagena, podría también tomar la decisión de invertir parte de nuestros beneficios en la propia ciudad y en poner en valor nuestro rico y variado patrimonio arqueológico. Principalmente el Anfiteatro Romano, paralizado más de cincuenta años, y que con todo el conjunto patrimonial que tenemos, podría convertirse en uno de los pilares fundamentales que consolidarían y aumentarían el trafico turístico de nuestro puerto, con los lógicos beneficios económicos para el mismo y toda la ciudad.

En la actualidad, no cumplimos con gran parte de los requisitos exigidos para poder convertimos en 'Puerto Home' que tantos beneficios nos reportarían. Por ello, deberíamos empezar por intentar, entre todos, ir resolviendo todas la deficiencias que actualmente tenemos, como son las comunicaciones y el patrimonio, los cuales aumentarían nuestra oferta hotelera.

La riqueza arqueológica y también la histórica forman parte de la historia común de la ciudad y su puerto, por tanto, las inversiones de los beneficios de la Autoridad Portuaria, en su puesta en valor, siempre estarían justificadas y serían beneficiosas para ambos.