Numerosos incendios, algunos de ellos provocados según el testimonio de los bomberos que actuaron para sofocarlos, continuos expolios ante la falta de protección, vigilancia o de vallas que dificultaran el acceso y hasta un muerto, un mendigo que falleció cuando se refugiaba del frío entre sus paredes. Esa es la historia más reciente que se puede contar sobre Villa Calamari, también conocida como Palacete de Versalles, una mansión con jardín y piscina construida por el arquitecto Víctor Beltrí a finales del siglo XIX y que, ahora, ha sido declarada Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de monumento por parte de la consejería de Cultura, después de la dirección general de Bellas Artes y Bienes Culturales incoara el expediente para tal fin.

La protección de este inmueble llega tarde para la Comisión Beltrí, que desde su constitución hace más de cuatro años, ha reclamado que se vallara este espacio, en el que se ha destrozado buena parte del jardín botánico que se creó en él y de algunas estructuras del edificio principal, como la escalera.

No obstante, la Comisión considera que aún podría tratar de recuperarse el jardín y hasta aprovechar el templete y restaurar el edificio que, a partir de su reconocimiento como BIC, debe conservarse y protegerse por parte de sus propietarios y la Administración regional debe garantizar que cumplen con estas exigencias.

Villa Calamari o el Palacete de Versalles se encuentra al principio de la carretera de San Félix y algunos colectivos habían solicitado la recuperación de esta mansión y su entorno para un mayor aprovechamiento por parte de los vecinos.