«Volvemos siendo mejores soldados y mejores personas», afirma el comandante Javier Cabello pocos días después de regresar de uno de los países más pobres y más peligrosos del mundo: Afganistán. El oficial ha estado al frente del grupo de treinta soldados del Regimiento de Artillería Antiaérea 73 de Tentegorra que ha pasado más de seis meses instruyendo a un destacamento del ejército afgano. Y han cumplido su misión, ya que los militares a los que han formado ya están plenamente capacitados para operar de forma completamente independiente, sin el apoyo de fuerzas extranjeras.

«Como militar, ha sido la experiencia más tensa de mi carrera, la que más ha servido para formarme en mi profesión. Y he estado en varios conflictos, como el de los Balcanes, pero esto no tiene nada que ver, es mucho peor», comentó el comandante Cabello.

Y es que el oficial aseguró que han pasado de todo. Sin entrar en detalles, llegó a relatar que en la propia base en la que se encontraba hubo ataques suicida y, aunque en general, se sentían seguros, cada vez que salían de las bases tenían que estar permanente alertas, porque el peligro era constante. «No hemos pasado miedo, pero si ha habido muchos momentos de preocupación, cuando los míos salían fuera de la base. No me relajaba hasta que regresaban», comentó el militar.

Y si la tensión que se respiraba en el país les impresionaba, tanto más les impactaba la extrema pobreza en la que viven sus habitantes. «Cambia tu forma de ver las cosas y la vida», subrayó.