Los estudiantes que están matriculados hoy en el grado en Ingeniería de Edificación, la antigua Arquitectura Técnica, en la Universidad Politécnica de Cartagena y la Universidad Católica de Murcia acabarán una titulación con un nombre diferente. Será el mismo plan de estudios y tendrán las mismas cualificaciones profesionales, pero en su título no podrá «Graduado en Ingeniería de Edificación». El cambio también afectará a los estudiantes de las otras 32 universidades que imparten estos estudios en España.

El problema ha surgido tras la publicación de una sentencia del Tribunal Supremo motivada por una demanda del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de España, que defiende que los estudios para ser arquitecto técnico no podían llevar la denominación de ingeniería. El Supremo, en dos sentencias, ha dado la razón al Colegio y afirma que «...la posibilidad de que el título de Arquitecto Técnico pueda denominarse como graduado en Ingeniería de la Edificación a los hasta ahora arquitectos técnicos induce a una palmaria y evidente confusión con las ya existentes, autorizadas y reconocidas a favor de los ingenieros, dado que un arquitecto técnico no es un ingeniero».

Fuentes del ministerio de Educación indicaron ayer a LA OPINIÓN que no van a recurrir el fallo del Tribunal y confirmaron que «los técnicos del Ministerio están estudiando el modo de cumplir con la sentencia». En lo que hicieron hincapié las fuentes fue en que «se trata sólo de un problema con el nombre que no afecta a los planes de estudio y que no afectará a los alumnos porque los estudios acaban de implantarse y hay tiempo para buscar una solución antes de que salgan los primeros graduados de las universidades».

En la Universidad Politécnica de Cartagena los estudios se iniciaron en el curso 2009/2010 mientras que en la Universidad Católica los primeros estudiantes del grado se matricularon en el curso 2008/2009.

Los responsables de la titulación en ambas universidades están, por ahora, tranquilos y confiados en encontrar una solución rápida al conflicto. La próxima semana se ha convocado una reunión en Madrid a la que asistirán los directores de los estudios de los 34 centros afectados por la sentencia para debatir y estudiar las soluciones.

Un proceso complejo

La puesta en marcha del Plan Bolonia para la equiparación de los estudios superiores de toda Europa supuso años de acaloradas discusiones y polémicas sobre cómo debían adaptarse los estudios, cuáles debían mantenerse y cuáles debían fundirse en otros. Con los nuevos planes de estudio desaparecían las diferencias entre licenciaturas (4-5 años) y diplomaturas (3 años), que ahora han pasado a ser grados con una duración media de cuatro años.

En el caso de las ingenierías, el proceso de adaptación fue más farragoso que en el resto de títulos por las disputas de los ingenieros técnicos (3 años) y los superiores (5 años).

El debate nacional fue largo y tenso, no solo por la titulación en si, sino por las atribuciones profesionales que los nuevos títulos iban a dar a sus egresados. Finalmente el Ministerio cerró el proceso por las exigencias del calendario de implantación de Bolonia y el resultado final no dejó contentos a todos. Salvo excepciones concretas, los antiguos estudios técnicos y superiores se unificaron bajo la denominación de grado (cuatro años), mientras que los másteres son los que otorgan las especializaciones.

Los colegios profesionales de las diferentes ingenierías fueron muy críticos con el Ministerio y fruto de una de aquellas discusiones es la sentencia que obligará ahora a cambiar la denominación de Ingeniería de Edificación.