La segunda etapa del Circuito Mundial de la Eternal Running se celebró ayer en Águilas, con la participación de más de 2.600 'invencibles' que le dieron color a la prueba presentándose disfrazados y encima dispuestos a completar todos los obstáculos. La prueba comenzó a las once de la mañana, teniendo que superar 80 obstáculos y recorrer 10 kilómetros por la ciudad de Águilas, pasando por las dos bahías del casco urbano, teniendo que meterse en la mar, cruzar por bajo el monte del Castillo de San Juan de las Águilas, por las arenas de la playa de Levante y de Las Delicias, y adentrarse en caminos de tierra, campo a través y asfalto, hasta llegar al aparcamiento de tierra del Polideportivo municipal, que se había convertido en una gran pista americana, la cual tuvieron que realizar los participantes como parte final de la prueba y con las fuerzas físicas muy mermadas.

Alambradas, balas de paja, contenedores llenos de agua, neumáticos, zonas con descargas eléctricas y toboganes gigantes, fueron algunas de las dificultades que tuvieron que superar los participantes. Tras la prueba, los 'guerreros' compartieron la experiencia, dando buena cuenta de una paella para finalizar el día con la entrega de premios, en la que subieron al podio en categoría masculina el aguileño Antonio Haro con un tiempo de 46:49, segundo fue Antonio Rocamora con una marca de 47:33 y tercero Christopher Roche con un registro de 48:54. En categoría femenina, la primera fue Rocío Benítez (1:06:24), seguida por Andrea García (1:06:24) y Patricia Gálvez cerró el podio de campeonas con un tiempo de 1h09:01.

Las próximas citas serán el 5 de marzo en Badajoz, después Sevilla, para acto seguido cruzar el Atlántico y comenzar las pruebas de América en Estados Unidos.