Guerra comercial con EEUU

China prohíbe los iPhone entre los empleados del Gobierno y Apple cae en Bolsa

Tim Cook, durante la presentación del iPhone 13.

Tim Cook, durante la presentación del iPhone 13.

Carles Planas Bou

China está prohibiendo a sus funcionarios usar los iPhone en el trabajo. Durante las últimas semanas, Pekín ha informado a los empleados del Gobierno central que no podrán utilizar en el trabajo este móvil inteligente, producto estrella del gigante tecnológico estadounidense Apple, ni otros dispositivos fabricados por empresas extranjeras, según ha avanzado 'The Wall Street Journal'.

La directiva supone un paso más en la estrategia que el gigante asiático adoptó hace más de una década para reducir su dependencia de la tecnología que importa de más allá de sus fronteras y para reforzar su ciberseguridad. Además, llega en un momento de renovada tensión comercial con Estados Unidos. La prohibición es un reflejo de la línea dura adoptada en los últimos meses por la administración del presidente estadounidense Joe Biden, que ha aplaudido los vetos a TikTok –propiedad del gigante chino ByteDance– y ha firmado decretos que restringen tanto las exportaciones como las inversiones en sectores clave de la efervescente economía china, golpeando así motores empresariales como Huawei.

No obstante, el impacto de esta restricción aún no está claro. Fuentes internas han confirmado a Reuters que el personal de al menos tres ministerios públicos ha recibido las órdenes de dejar de usar iPhones en la oficina, si bien no se les había especificado un plazo para hacerlo. Otras fuentes han asegurado que aún no se les ha comunicado nada o que no ha habido una prohibición explícita, sino la advertencia de que serían responsables de cualquier problema ocasionado con el uso de sus dispositivos. 'Bloomberg' ha informado que la prohibición se extenderá a organismos y empresas de propiedad estatal.

Apple, la más afectada

Ninguna empresa es inmune a esa política proteccionista. Tampoco Apple, que durante décadas ha tendido la mano a China para construir su imperio. Desde principios de los 2000, la firma de la manzana mordida ha externalizado ahí gran parte de la producción de sus dispositivos. Esa relación –descrita como "simbiótica" por Tim Cook, director ejecutivo de la compañía– ha beneficiado a ambas partes, pero también ha generado dependencias no menores. Apple emplea a cientos de miles de trabajadores que, subcontratados a través de la empresa Foxconn, se encargan del ensamblaje de su buque insignia. A su vez, China se ha convertido en uno de sus mayores mercados, aportando alrededor del 19% de sus ingresos globales.

La decisión ha golpeado las acciones de Apple, que cayeron un 3,6% tras conocerse la noticia. Sumado a las crecientes tensiones comerciales, ese retroceso bursátil en Wall Street puede alimentar la desconfianza y ahuyentar las inversiones tecnológicas extranjeras. La Secretaria de Comercio de EEUU, Gina Raimondo, aseguró la semana pasada que las empresas estadounidenses establecidas en China le habían trasladado que el país se había convertido en un destino "poco atractivo".

Doble amenaza

La prohibición parcial de los iPhone afectará al boyante negocio de Apple, si bien es difícil calibrar su impacto. En China, la compañía californiana lidera el mercado de los móviles de más 600 dólares con una cuota que en 2022 llegó al 70%, un cómodo dominio que se debe al retroceso sufrido por Huawei, su principal rival, como consecuencia de las sanciones estadounidenses.

Sin embargo, el gigante chino podría recuperar el terreno perdido. La semana pasada anunció el lanzamiento del Mate 60 Pro, un 'smartphone' 5G desarrollado con una tecnología avanzada que se creía fuera del alcance chino. Los expertos coinciden en señalar que el fervor desatado por ese nuevo dispositivo y el veto dictado por Pekín mermarán la hegemonía de Apple. Martin Yang, analista de la firma de inversión Oppenheimer, ha cifrado en 10 millones los envíos de iPhone que podría perder en 2024. El próximo martes, Apple presenta el iPhone 15, la nueva gama de su producto estrella.

Soberanía tecnológica

China lleva años tratando de reducir su dependencia tecnológica del exterior y potenciando su músculo productivo. Ya en 2020, algunas agencias gubernamentales habían prohibido el uso del iPhone entre sus funcionarios, una restricción que se debía a las políticas de privacidad de Apple que dificultan el acceso a sus dispositivos para investigar casos de corrupción. A los empleados se les exigió sustituir sus móviles por otros de marcas nacionales como Huawei, XiaomiOppo o Vivo, firmas con cada vez más peso dentro del mercado de las telecomunicaciones.

Esa política se ha visto acelerada por la guerra comercial entre Washington y Pekín. El dominio económico y militar del futuro pasa por la tecnología y, conscientes de ello, ambas potencias la han puesto en el centro de ese toma y daca. El pasado octubre, EEUU bloqueó la venta de semiconductores a China con la intención de asfixiar el desarrollo de su rival. Este componente es estratégico para la fabricación de informática de consumo, pero también de superordenadores o armas inteligentes. China, por su parte, ha restringido la venta de minerales críticos para esa industria y ha puesto 2027 como fecha límite para que las empresas públicas eliminen la presencia extranjera de sus infraestructuras informáticas.