El teléfono móvil se ha convertido hoy en el objeto de mayor uso cotidiano. Conectado las 24 horas del día, supone una de las plataformas que se nos ha hecho indispensable. Su uso responsable refuerza la posición adquirida de objeto tecnológico más utilizado. Sin embargo, como en todo, los excesos se pagan. No solo con el incremento de la factura, sino con la afectación a nuestra salud visual, que puede verse mermada o alterada. Sobre todo, en el caso de precocidad en su uso a edades muy tempranas.

Los especialistas explican que «el tiempo que los españoles dedicamos al dispositivo oscila entre las 3 ó 4 horas diarias. Es decir, que pasamos cerca de la cuarta parte del tiempo que estamos despiertos cada día, mirando nuestro smartphone por un motivo u otro».

«La sobreexposición al móvil -continúan- puede repercutir en la visión, algo que resulta cada vez más frecuente. Esencialmente, si la incorporación a su uso se produce a edades tempranas.

Principales patologías: ojo seco

Una consecuencia clara de la sobreexposición a los dispositivos móviles a edades tempranas viene originada por la necesidad de fijar la vista en la pantalla. Esta circunstancia, que muchas veces pasa desapercibida, puede originar el denominado ojo seco.

«Está relacionada con la disminución del parpadeo a consecuencia de la necesidad de fijar la vista en el dispositivo durante un tiempo excesivo, lo que repercute en la calidad de la lágrima», destacan los expertos. Se trata de una patología que puede generar desde leves molestias hasta lesiones en la córnea.

Otra cuestión importante es la propia plasticidad del ojo. A edades tempranas, la población infantil está desarrollando todo su organismo y el ojo y cada una de sus partes forma parte de ese organismo en desarrollo. Esta circunstancia puede dar lugar a que se manifiesten de forma temprana, también, patologías como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo.

Luminosidad de la pantalla

La segunda está directamente relacionada con el uso del móvil. Debemos comprobar que la pantalla del dispositivo tiene la luminosidad adecuada, porque tanto si es por defecto como por exceso, el niño o la niña tendrá que forzar la vista y, esa situación, acarrea consecuencias. También es conveniente que el dispositivo se encuentre a una distancia prudente de los ojos y por debajo de la línea visual.

La fatiga ocular

Otra patología asociada al uso del teléfono móvil demasiado tiempo es «la fatiga ocular, que se puede manifestar a través de la visión borrosa o el dolor de cabeza». Fijar la vista cansa a nuestro organismo y, muy especialmente, al ojo.

Revisiones

Desde un punto de vista oftalmológico hay varias iniciativas que podemos adoptar. La primera, a nivel general «es recomendable para la población infantil en su conjunto acudir a una primera revisión oftalmológica en torno a los 4 años de edad. Especialmente, si la niña o niño cuentan con antecedentes familiares de hipermetropía o astigmatismo graves y pronunciados.

Estas revisiones en edades muy tempranas nos ayudan a formarnos una idea de los posibles problemas y del camino que puede tomar su futura evolución. De modo, que en un momento muy temprano podemos dar soluciones».

Un problema de nuestro tiempo

Los oftalmólogos sostienen que «los problemas de visión derivados del excesivo uso de dispositivos tecnológicos son habituales en nuestro tiempo. La tecnología constituye un avance importante. Debemos aprender a trabajar correctamente con todos los dispositivos, lo que nos evitará complicaciones posteriores». Recomiendan llevar cuidado cuando ponemos un dispositivo móvil en manos de menores. Sencillamente, porque se trata de personas que todavía se encuentran en etapas de crecimiento.