Migraciones

Los cerebros de las mafias de pateras de la ruta argelina se asientan en Alicante

Aunque la mayoría de embarcaciones llegan a Almería, los "hawaladares" (que financian la trama) están en Alicante, según una investigación de la Guardia Civil

La mafia cuenta con "pateras-taxis" que son capaces de ir desde Argelia a la costa española y volver

Dos policías nacionales con una patera que llegó el pasado mes de marzo a Alicante.

Dos policías nacionales con una patera que llegó el pasado mes de marzo a Alicante. / Alex González

Gonzalo Sánchez

Se hacen llamar "hawaladares", se asientan en Alicante, y son los cerebros de las mafias de pateras de la ruta argelina. Son personas interpuestas entre Argelia y España que "contratan" las travesías, compran las embarcaciones y sus motores de gran caballaje e incluso ayudan a los patrones que tienen problemas a volver al país africano. En concreto, son los financiadores de estas redes de tráfico de personas. Así lo concluye una investigación de la Guardia Civil a la que ha tenido acceso este periódico.

La ruta argelina tiene su origen en Orán, concretamente en localidades costeras cercanas (Ain El Turk, Arzew, Cabo Falcón) y otras ciudades cercanas como Mostaganem, Annaba o Argel. El destino es principalmente las costas de Almería y cada vez más las de Alicante y Murcia, llegando en menor medida a Islas Baleares.

El modus operandi ha evolucionado tras la militarización de la ruta del Norte de Marruecos (estrecho de Gibraltar y Andalucía) y el volumen de llegadas se ha ido desplazando hacia la ruta argelina. La Guardia Civil destaca que desde 2019 es común la utilización de "pateras-taxi", embarcaciones de fibra pequeñas y con motores de gran caballaje que les permiten realizar viajes en un corto espacio de tiempo desde las costas de Argelia a las españolas. Una vez que las personas migrantes desembarcan en tierra, retornan de nuevo a Argelia.

La investigación explica que estos tejidos criminales cuentan en destino con otras personas (los organizadores) que dan "cobertura y logística necesaria para dar apoyo a los desembarcados a los que facilitan su entrada, recepción y tránsito tras las arribadas".

La estructura de la red

La mafia paterista cuenta, según la investigación de la Guardia Civil, con varios roles diferenciados. En primer lugar, se encuentran los organizadores. Son personas en origen (Argelia) encargados, previo pago de un precio pactado de entre 2.000 y 4.000 euros (dependiendo de la modalidad de travesía: lenta o rápida) del reclutamiento de migrantes que quieran viajar de forma clandestina.

Ellos se encargan del cobro del viaje y de su organización, manteniendo contactos directos con los patrones que llevarán la embarcación y con las personas encargadas de su recepción en España.

Otro rol es el de los patrones; personas cuya función es preparar y trasladar las embarcaciones desde Argelia hasta la costa española, y en ocasiones coinciden en ser los propios organizadores.

El último rol conocido es el de los colaboradores en destino; que son interlocutores con los organizadores y patrones. Estos se encargan directamente de la recepción y el tránsito de los traficados, ofreciendo tarifas de entre 40/50 euros hasta los 500/600, dependiendo de la distancia del trayecto. También dan cobertura y traslado a los patrones que no regresan hasta que consiguen retornar al país por sus propios medios.

El fenómeno Harraga, y la migración clandestina

"Harraga" es el nombre que reciben los migrantes argelinos que huyen del país para escapar de la miseria. Se ha convertido en un fenómeno social, especialmente entre la juventud del país. Un movimiento que las mafias han aprovechado para ganar dinero con el tráfico de personas.

Dentro de la ruta se pueden identificar dos zonas, en función de la nacionalidad de los migrados. La primera es la zona del Poniente, que abarca desde el litoral de la capital hasta Adra. Este es "un corredor utilizado por las mafias para introducir inmigrantes de origen marroquí y subsahariano", explica la investigación.

Después está la zona de Levante, que alcanza desde Almería hasta el límite de la región de Murcia, en la que prevalece la llegada de migrantes de origen argelino, aunque también de otras nacionalidades como la palestina, marroquí o bangladesí, pero la que más en auge se encuentra es la siria.

Las mafias hacen uso de las redes sociales para beneficiarse del fenómeno Harraga. En esta línea, la Guardia Civil ha detectado muchos "dinamizadores de perfiles" que utilizan las redes como "soportes publicitarios para promocionar y organizar travesías marítimas desde el Norte de África". Estos perfiles se dirigen especialmente a la juventud argelina.

Las redes más utilizadas, según la investigación, son Facebook e Instagram, con especial incidencia en aplicaciones de mensajería como Watsapp o Telegram, que se tratan de "un refugio perfecto y una herramienta clave para la expansión del negocio de tráfico de personas", según explica la Guardia Civil.

La distancia mínima de la travesía es de unos 160 km, y suelen tener entre 5 y 6 metros de eslora y dos de manga, con motores de 60 a 140 caballos de potencia. La Guardia Civil destaca la alta peligrosidad de la ruta, al ser el Mediterráneo un mar cerrado y por la saturación de las embarcaciones (con entre 15 y 20 personas a pesar de que el máximo es 10). Por eso, según explican, los naufragios son "cada vez más habituales" y "los cadáveres aparecen en la costa varios días después de tener conocimiento o ser alertados de ellos"

Hawaladares desde Almería a Cataluña

Algunos de los migrantes que llegan tienen como objetivo final alcanzar Francia, con lo que, tras desembarcar, pueden subirse en un coche de varios organizadores y llegar hasta la frontera de Cataluña tras un pago. Allí, las personas migrantes se quedan solas y deciden emprender a pie rutas para llegar a Francia como la de Portbou, un camino que usaron los republicanos españoles para escapar de la dictadura franquista.

La investigación, de hecho, comenzó tras interceptar a uno de estos organizadores en septiembre de 2021. Ese mismo día llegaron 10 pateras a la costa almeriense (4 de ellas taxi porque retomaron mar adentro tras desembarcar) y desembarcaron 131 migrantes. A las 2:30 de la mañana, varios agentes identificaron a dos ciudadanos argelinos (residentes en Alicante) que afirmaron que iban a pescar.

Dos días más tarde, la misma matrícula y los mismos conductores aparecieron en un control en el Valle de Arán, junto a 4 ciudadanos sirios "con un aspecto de cansancio extremo" en el coche. Estos ciudadanos habían pagado 550 euros cada uno por aquel viaje en taxi para reunirse con sus familiares, según las pesquisas de la Guardia Civil. Solo tres días antes estos ciudadanos sirios habían entrado en España por Almería con una embarcación de motor fueraborda de 250 caballos. Por esta travesía pagaron 2.000 euros.