Vandalismo

Clausuran 50 veces las piscinas de Murcia este verano por heces, vómitos y actos vandálicos

Los trabajadores hallan en el agua desde botellas de cristal rotas y mobiliario a personas que les tiraron piedras

Existe un reto viral de defecar en el agua: hay quien lleva los excrementos en un túper

Un hombre se tira a una de las  piscinas de Murcia Parque el día que abrieron esta temporada estival.

Un hombre se tira a una de las piscinas de Murcia Parque el día que abrieron esta temporada estival. / Juan Carlos Caval

Ana Lucas

Ana Lucas

Los usuarios de las piscinas públicas de Murcia han sufrido este verano cierres continuos debido a la aparición en el agua de defecaciones y vómitos. Así consta en el denominado ‘Informe sobre cierre de vasos’, fechado a 11 de agosto de este año, al que ha tenido acceso este periódico. 

El documento, elaborado para la Concejalía de Deportes por los responsables de Elsamex Gestión de Infraestructruras, la empresa adjudicataria del contrato que se encarga del mantenimientos de las piscinas, detalla por qué se han producidos las cancelaciones puntuales, que han durado en ocasiones apenas unas horas: lo que han tardado los trabajadores en limpiar y poner a punto la instalación, tras corroborar que no había riesgo para los bañistas. 

En la piscina de Aljucer, por ejemplo, hay registrados tras episodios de defecación, uno de vómitos y distintos actos vandálicos: al abrir, los empleados encontraron mobiliario en el agua, procedieron a retirarlo y a limpiar.

Los gamberros que dejaron el ‘regalo’ varias veces en la piscina de Alguazas al final eran inimputables

En ocho ocasiones desde el mes de junio, por otro lado, se ha tenido que clausurar la piscina de Alquerías porque al abrir había excrementos en el agua. Otra vez, se cerró por vómitos.

Los vándalos han respetado, de momento, la instalación pública de Corvera, que este estío no ha registrado ningún incidente relacionado con cacas. Sí hay tres actos vandálicos documentados: una vez se halló corcho aislante de paredes dentro del vaso grande y en dos ocasiones más había mobiliario de la piscina en el agua. Los trabajadores procedieron a sacarlo, a limpiar y, tras confirmar que todo estaba correcto, las dependencias abrieron en el horario que estaba previsto. 

En el caso de El Palmar, su piscina cerró dos veces por excrementos y cuatro por vómitos. En cuanto a la de El Raal, también se ha librado de la acción de los gamberros, aunque hubo que cerrarla tres veces, durante 24 horas cada una, porque se pusieron tratamientos en el agua. 

La de La Ñora echó el cierre dos veces porque había heces en los vasos y otras dos veces porque había vómitos. La de Puente Tocinos cerró cinco veces (tres en julio y una en agosto), las cinco por la presencia de excrementos. En la de Rincón de Seca hicieron caca en dos ocasiones y otra vez tiraron una botella desde el exterior.

Pueden causar a los usuarios desde infecciones urinarias y gastrointestinales a problemas hepáticos

Se lleva la palma Murcia Parque. Una vez, al entrar el trabajador, lo que encontró en la piscina grande fue gente: personas que reaccionaron tirando piedras al trabajador, indica el informe. En cuatro ocasiones ha tenido que clausurarse esta piscina por defecaciones en el agua en lo que va de verano de 2023. 

‘Defecación y actos vandálicos’ es el motivo que consta para explicar el cierre de la piscina de Sangonera la Seca dos veces. Otras dos, solo por defecación, sin que los gamberros rompiesen nada. El vandalismo habitual consistió en que había muebles rotos en los vasos.

En su población vecina, Sangonera la Verde, se dio un caso de defecación y vandalismo a finales de junio y también hubo dos episodios destacables: aparecieron botellas de cristal rotas en el interior y también había roto el canalillo de la piscina. Se arregló y se llevó a cabo la apertura de la instalación en el horario habitual, se lee en el informe.

Gamberros sin identificar

Policías locales de la Región apuntan que los episodios de vandalismo que incluyen el hacer caca en la piscina podrían estar relacionados con un reto viral que está extendiéndose este verano por toda España: la ‘hazaña’ en cuestión consiste en defecar en piscinas públicas, grabarlo y publicarlo en redes sociales. 

Municipios de la vecina provincia de Alicante, así como de Cáceres y Valencia, también han sido víctimas de esta desagradable moda este estío.

Tal y como afirmó Antena 3, algunos llevan las heces preparadas en un túper. Un extremo que policías de la Comunidad murciana no pueden corroborar, principalmente porque no llega a identificarse a la mayoría de estos gamberros tan escatológicos, aunque no es algo que puedan descartar. La tiranía de los ‘likes’ al difundir una ‘gracia’ que tiene poco de tal (la presencia de heces en el agua puede acarrear problemas de salud) estaría detrás de unos actos que trascienden el vandalismo puro y duro.  

La piscina Murcia Parque abrió ayer sus puertas e inauguró la temporada de verano. | JUAN CARLOS CAVAL

La piscina Murcia Parque abrió en junio sus puertas e inauguró la temporada de verano. / JUAN CARLOS CAVAL

El caso es que el reto en cuestión no es nuevo: se popularizó hace cuatro años. Fue entonces cuando gamberros saltaron varias veces la valla de la piscina de Alguazas, hicieron caca en el agua y se fueron. Aunque se les identificó, se trataba de personas inimputables: tenían 13 años.

En julio de 2020, el año del coronavirus, las cacas invadieron la piscina de Sangonera la Seca. «No llegamos a entender qué puede pasar por la cabeza de alguien para hacer algo así», decían entonces desde la Junta Municipal.

También hubo, hace un lustro, un problema en piscinas municipales de Murcia, pero fue en octubre: se cerraban instalaciones públicas prácticamente a diario por la presencia de excrementos y vómitos, pero estos elementos en el agua eran consecuencia de las clases que había programadas con bebés: algunos no llevaban puesto un pañal-bañador.

Volviendo a los gamberros, coinciden los agentes de Policía Local consultados en realizar un llamamiento a la cordura y al civismo, dado que las piscinas municipales son sitios para disfrutar el verano en familia y en sus aguas se bañan grandes y pequeños. A este respecto, recuerdan fuentes municipales que volverlas a acondicionar tras encontrar restos fecales supone un coste humano y económico. 

Un 'juego' muy peligroso

Los expertos alertan de que dejar excrementos en el agua no es un juego: es ciertamente peligroso. Y es que la presencia de heces en aguas estancadas, como pueden ser las de las piscinas, supone un perfecto caldo de cultivo para la aparición de microorganismos, y más especialmente si están sometidas a altas temperaturas, como ocurre en periodo estival. 

En este sentido, pueden generarse infecciones de todo tipo por el contacto directo de la caca con la piel o las mucosas, así como por la ingesta de agua contaminada. Las dolencias pueden ser víricas, bacterianas y parasitarias: desde infecciones urinarias y gastrointestinales a problemas hepáticos

Cómo se desinfecta bien

Como manda el protocolo, cuando aparecen heces en una piscina se limpia, se desinfecta y se eleva el nivel del cloro en el agua. Además, se realizan controles y análisis periódicos para comprobar que las aguas están en buen estado.

En concreto, la contaminación fecal del agua se debe eliminar sin desechar las heces por los desagües de la piscina, sino con su retirada de la forma más rápida posible. 

Tras quitarlas, se vierte una solución de sodio no estabilizado para desinfectar los microbios mientras se filtra el agua. Una vez completado el proceso, debe comprobarse que el nivel de cloro y de pH es el adecuado para la piel, antes de restablecer el baño. Es lo que los trabajadores de las instalaciones municipales hacen cuando se encuentran, al abrir por la mañana, con la desagradable sorpresa de que alguien ha dejado un regalo con nocturnidad.