Dos la violaron brutalmente mientras un tercero miraba sin mover un dedo para ayudarla. Es lo que relató en su denuncia la joven, de 17 años de edad, que era agredida sexualmente el pasado fin de semana en una playa del municipio de Águilas.

Cuando los agresores terminaron, se marcharon y la dejaron ahí tirada, hasta que ella pudo levantarse y pedir ayuda. Al día siguiente puso la denuncia en el cuartel y apenas unas horas después la celeridad de la Policía Judicial de la Guardia Civil daba sus frutos. La Benemérita capturaba a tres hombres por su presunta implicación en la violación en manada de esta menor en la citada localidad costera. Uno está ya libre (al decir ayer la víctima, y una amiga de esta, en sede judicial que ese individuo no era), así que los investigadores de la Benemérita buscan al que falta: el que presenció el ataque y no hizo nada. 

Los dos presuntos autores materiales de la violación ya dormirán esta noche entre rejas

Ahí los mandaba la titular del Juzgado de Instrucción Nº 4 de Lorca, donde los profesionales del Instituto Armado los llevaron por la mañana. Se les investiga por un delito de violación a una menor de edad.

En cuanto a la víctima, que también declaró ayer en sede judicial, precisó de asistencia médica tanto en el centro de salud de Águilas como posteriormente en el Rafael Méndez de Lorca, el hospital más cercana. También fue sometida a un examen por parte de un profesional forense del Instituto de Medicina Legal de Murcia, examen que corroboró que había indicios de que la joven había sufrido una agresión sexual.

Tras ser atendida por los facultativos, la joven, en compañía de su madre, puso la denuncia que dio inició a esta investigación. Detalló que conocía a alguno de sus agresores y que los otros sujetos eran amigos de este. 

Fuentes judiciales explicaron que «en este procedimiento hay otro investigado aún no identificado por omisión del deber de evitar el delito o promover su persecución». 

Calma tensa en la puerta

En la puerta de los juzgados de la Ciudad del Sol se vivía una calma tensa mientras declaraban los sospechosos, a los que la Benemérita llevó en coche desde los calabozos. Una decena de personas, allegadas de los tres hombres capturados, aguardaban en la calle. Silencio sepulcral y miradas a todo el que entraba y salía del edificio, relatan testigos.

La víctima, que también prestó declaración, entró, acompañada de su madre, y fue trasladada a la primera planta del inmueble, para que no se cruzase en ningún momento con los sospechosos.