­Algo tan de la Vega Baja como el caldo con pelotas fue lo primero que le pidió su nieta a Maruja Cuenca ayer. La hija de Yolanda Aniorte, la oriolana de 37 años que fue asesinada el pasado agosto por su pareja, de Murcia, volvió ayer a su casa después de que un juzgado de Primera Instancia de Alicante tumbara la resolución de la consejería de Bienestar Social que decidió, fundamentalmente por un informe de los servicios técnicos del ayuntamiento de Orihuela, dar el acogimiento a la otra solicitante: la hermana del asesino, que reside en Beniel.

La abuela recibió a primera hora de la mañana una llamada en la cual la citaron en un centro de bienestar social y comprobó que quien le llevaba a la pequeña era la tía y no los técnicos de la consejería de Bienestar Social. La abuela fue con el hermano de la pequeña, de diez años, y fruto de una relación anterior de Yolanda. «Aquí tengo a los dos jugando ahora», aseguraba la abuela emocionada en la primera Navidad que pasa sin su hija. «Ahora tenemos que esperar a lo que diga el juzgado, pero yo quiero quedarme con mi nieta, ¿con quién mejor que conmigo va a estar?».