Entre otras irregularidades detectadas, los detenidos no contaban con la titulación académica necesaria para ejercer en España y la clínica contaba con un aparato de rayos X que se utilizaba sin ningún tipo de medida de seguridad que impidiera la salida de las radiaciones, y sin haber pasado ningún tipo de revisión.

Además, se había instalado un laboratorio para trabajar con prótesis dentales en el lavabo, se utilizaban productos caducados, se reutilizaban otros que eran de un solo uso, y no se esterilizaba el instrumental, según ha informado la Policía autonómica en un comunicado.

La clínica dental clandestina, que ofrecía sus servicios con precios muy por debajo de los del mercado -una ortodoncia costaba 20 euros-, estaba situada en un domicilio particular de la calle Enginyer Deulofeu, que estaba registrado como una inmobiliaria.

En la clínica trabajaban los tres detenidos, de origen argentino, que se hacían pasar por un especialista en prótesis dental, por odontólogo y por auxiliar de clínica.

La Policía atribuye a los tres detenidos la presunta comisión de un delito de intrusismo y a uno de ellos, el que realizaba funciones de odontólogo, también se le imputa un presunto delito de falsificación documental por simular la posesión de una titulación a través de fotocopias de títulos falsos colgados en las paredes.

Dado que se localizó un aparato de Rayos X instalado sin guardar ningún tipo de medidas de seguridad, también se atribuye a dos de los detenidos la presunta comisión de un delito contra la seguridad colectiva relativo a la energía nuclear y a las radiaciones ionizantes.

La salud de las personas que acudían a la clínica también ha estado amenazada por la falta de condiciones higiénicas y sanitarias, ya que al parecer no se esterilizaba el instrumental, se reutilizaba cuando era de un solo uso e incluso se usaban productos químicos caducados o sin fecha de caducidad, al tiempo que se almacenaban estas sustancias sin la protección necesaria para evitar contaminaciones.

Por último, los agentes acusan a los tres detenidos de un delito de fraude de fluido eléctrico por haber manipulado el contador de la luz sin la autorización de la compañía eléctrica.

Los detenidos son Oleksandr M., de 41 años, y que se hacía pasar por odontólogo; Serhiy M., de 37, y que se encargaba de las prótesis dentales; y Anna K., de 38 años, y que hacía las funciones de auxiliar de clínica.