Andalucía

Cocheros, vendedores ambulantes y tenderos de la Plaza de España de Sevilla: "El cierre es una vergüenza"

Los trabajadores se posicionan en contra de la idea y se muestran hartos de la polémica con una plaza que, a la mañana siguiente a la noticia, estaba repleta de turistas extranjeros

Turistas visitan la Plaza de España a 26 de febrero de 2024, en Sevilla.

Turistas visitan la Plaza de España a 26 de febrero de 2024, en Sevilla. / EP

Rafa Aranda

Este pasado domingo la noticia corría como la pólvora. La emblemática Plaza de España de Sevilla, diseñada por Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929, podría ser cerrada, bajo pago, para todo aquel visitante no nacido ni empadronado en Sevilla (ciudad y provincia). Esa era la intención del Ayuntamiento de Sevilla y del alcalde, José Luis Sanz, aunque unas horas después la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, señalaría que Hacienda "no se va a prestar" a la posibilidad de "privatizar".

A la mañana siguiente, mientras el mismo Sanz defiende su decisión a pocos metros de la plaza, junto al Ciprés de los Pantanos en el Parque de María Luisa, y publica un vídeo en Twitter en el que hace referencia a los manteros junto a imágenes de desperfectos, lo que se respira en el conjunto arquitectónico es libertad. Libertad para entrar, para pasear y para disfrutar sin tener que pagar ni esperar ninguna cola.

Aunque esa felicidad, aparentemente al margen de todo, convive con el hartazgo y la cautela de los que trabajan en la plaza al ser preguntados por la polémica. “No queremos hablar más del tema” o “prefiero no decir nada” son algunas de las respuestas que dan cuando se les pide una opinión. En las últimas horas, quien no se le acerca para comprar algo, es un periodista o un visitante que quiere saber más sobre el tema. Y ya no quieren contar nada más, porque ellos también están expectantes ante lo que pueda ocurrir.

Turistas visitan la Plaza de España de Sevilla.

Turistas visitan la Plaza de España de Sevilla. / EP

Dando una vuelta uno se puede encontrar una vendedora de entradas, que prefiere no opinar sin saber la posición de su empresa; fotógrafos de origen extranjero que no entienden mucho el castellano y no están informados sobre asunto; algún tendero que vende abanicos, gafas o souvenirs que muestran su descontento y enfado desde el anonimato o prefieren no decir nada hasta que sea una realidad; o músicos que amenizan la mañana ajenos a la polémica.

Cristian, uno de esos tenderos, atiende a El Correo de Andalucía entre cliente y cliente: “Me parece vergonzoso. Aunque puede solucionar cosas, también se podría hacer sin cobrar la entrada. Vendrá la misma cantidad de gente pero igual no entran los mismos. Yo no lo haría”.

Los más veteranos del lugar, a cargo de los coches de caballo, manifiestan entre hartazgo y desgana. “Ya no saben de dónde sacarnos el dinero”, “me parece una vergüenza”, “yo no quiero saber nada de eso” o “no hay por dónde cogerlo” son algunos de los comentarios que sueltan con cierto enfado mientras esperan que se acerque algún visitante.

“Es una discriminación para los de fuera”

Se escucha música flamenca, flashes de fotos, coches de caballo, risas y, sobre todo, multitud de idiomas de diferentes partes del mundo. Ingleses, franceses, italianos, rusos o portugueses son mayoría en la plaza y, mientras se sientan en los bancos dedicados a cada provincia española o cruzan los majestuosos puentes, seguramente desconocerán que la intención del Ayuntamiento es que un espacio abierto como ese no sea de acceso gratuito como hasta ahora.

Turistas en la Plaza de España de Sevilla.

Turistas en la Plaza de España de Sevilla. / EFE

Otros ciudadanos afectados serían, por ejemplo, aquellos residentes en Sevilla que no están empadronados (como los estudiantes nacidos fuera) o aquellos llegados de otras provincias para visitar la ciudad, como está ocurriendo estos días para disfrutar del puente de Andalucía. 

Ana, una joven nacida en Chiclana, pasea junto a un amigo por la plaza. Lleva tiempo viviendo en la ciudad pero no está empadronada. Al hablar sobre el tema se da cuenta que, si fuera de visita con amigos sevillanos, ella tendría que pagar y sus amigos no. 

“Me parece muy mal que cierren la Plaza de España. Es un sitio en el que hace no hace falta limitar el aforo. Siempre hay muy buen ambiente, con espectáculos de música. Me parece un sinsentido poner entradas y precios y sacar dinero de algo que podemos disfrutar todos y bien en Sevilla”, cuenta a El Correo de Andalucía.

Me parece un sinsentido sacar dinero de algo que podemos disfrutar todos en Sevilla

Ana

— Visitante de la Plaza de España

Otro caso diferente es el de Susana. Ha viajado desde Antequera junto a su marido y sus hijos y ha comprado tickets para alguna actividad en la plaza. Ya estaba informada de que igual podía ser la última vez que entrara gratis. “Me parece sorpresivo, entre otras cosas”, afirma. 

“Es una plaza pública que siempre ha sido gratuita y que debería de seguir siéndolo”, opina, ya que es algo atractivo para “el turista que viene de otras zonas”. “Es una discriminación para los de fuera”, finaliza, antes de empezar a disfrutar del ambiente de la plaza.

Bajo las nubes que dan sombra al lugar pasean una familia llegada de Huelva, un matrimonio que ha viajado desde Navarra o unos amigos recién llegados de Barcelona, y todos al ser preguntados afirman haber leído la noticia por redes sociales o en algún grupo de WhatsApp y reaccionan con asombro, centrándose en aprovechar el momento por si acaso.

La vida en la Plaza de España continúa con aparente normalidad en mitad del revuelo. El día después de la noticia parece similar al anterior y seguramente no habrá diferencia con el posterior. Pero la intención desde el Ayuntamiento sigue siendo que la realidad sea muy diferente para la mayoría de visitantes, con colas y pagos como protagonistas.